La Asociación Española de Criadores de Cerdo Ibérico, Aeceriber, que administra y gestiona el Libro Genealógico de la autóctona raza porcina ibérica, tiene el monopolio vitalicio desde 1987, por delegación expresa del Ministerio de Agricultura, y le sale rentable a pesar de ser una entidad sin ánimo de lucro. Durante el año 2015, ha recibido 448.465,06 euros en concepto de subvenciones públicas, según detalla y certifica el balance contable que su cúpula dirigente presentó a los socios en la asamblea general celebrada el día 1 de junio de 2016. Y eso a pesar que desde el Congreso de los Diputados se ha puesto en duda la credibilidad de las calificaciones de pureza racial de casi todas las madres reproductoras agrupadas en el registro censal y se espera una aclaración por parte del Gobierno, explicación que desde la propia Aeceriber ya se han apresurado a ofrecer y que ha generado aún más recelos.

La gran mayoría de estos fondos, 417.926,73€, provienen del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), mediante la aportación de 132.182,55€, de la Junta de Andalucía con 172.006,18€, y de la Junta de Extremadura con otros 113.738€, y han sido puestos a disposición de Aeceriber en concepto de “ayudas para la gestión de los Libros Genealógicos de las razas ganaderas autóctonas españolas puras” y como “subvenciones destinadas a las organizaciones y asociaciones de criadores oficialmente reconocidas para la conservación, la selección y el fomento de las razas ganaderas puras”.

calificaciones de pureza racial del cerdo ibérico que crean dudas incluso en el propio Congreso

Aeceriber, figura reconocida oficialmente como asociación de raza pura, teniendo como finalidad primordial  “la defensa del cerdo ibérico puro y garantizar la certificación de la pureza racial de los ejemplares reproductores inscritos y archivados en el Libro Genealógico”, según apunta de manera lapidaria el punto 1º de sus objetivos y el art. 30 de su régimen estatutario.

Sin embargo, estos principios chocan frontalmente con las desaforadas condecoraciones de pureza racial que ha concedido indiscriminadamente durante los últimos años a cientos de miles de hembras reproductoras que no son 100% ibéricas –extremo corroborado por la propia asociación en una reciente nota de prensa– y que incluyeron en el Libro Genealógico en una sección bautizada como aneja o auxiliar. Este periférico archivo censal entró en funcionamiento en 2008, una veintena de años después de la constitución del embrionario y oriundo registro genealógico.

Estos paradójicos pasaportes de máxima pureza genética, –denunciados al Gobierno en una pregunta parlamentaria con ruego de respuesta, por el Diputado de Ciudadanos, Toni Cantó–, son repartidos por Aeceriber tras la celebración de un simple reconocimiento visual a cada ejemplar, sobre prefijadas regiones corporales de sobresaliente valor comercial, y dejan en evidencia los voluntariosos propósitos de su presidenta Lucia Maesso, vertidos hace más de dos años a la revista Consumidorex, desde donde reflexionaba y aseguraba que “las madres reproductoras de las explotaciones son todavía en algunos casos cruzadas, y Aeceriber es la encargada de determinar aquellas que sean realmente puras”.

Esta estandarizada y protocolaria exploración corporal, (introducida por el MAPAMA en un periférico manual administrativo y revisado a finales del año 2015) desprovista de respaldo científico y de toda relación del parentesco directo, resulta suficiente para su posterior inscripción en el registro racial como ejemplar 100% ibérico y supone un presunto menosprecio del prevalente Ordenamiento Jurídico Comunitario, que obliga a relacionar los ascendientes de todos los reproductores asentados en los Libros Genealógicos de las razas ganaderas domesticas.

Unos ingresos en cuatro años próximos a los dos millones de euros por estas calificaciones a ojo

Cabe destacar que estos métodos de valoración visual, se han intensificado durante el último cuatrienio, (2013–2016) y han reportado a Aeceriber unos ingresos próximos a los 2.000.000 de euros, solamente por este concepto.

Durante dicho periodo, identificó, calificó y matriculó un total de 400.000 hembras –que no serían 100% ibéricas como reproductoras de pura raza, suponen el 85% de la totalidad censada– 77.670, en el año 2013; 73.002, en 2014; 179.231, en 2015 y 70.000 en 2016 a razón de 4,93 € el ejemplar.

Todo ello sin contar con los gastos de desplazamiento de sus técnicos calificadores, –0,25 € por km. recorrido–, y los gastos administrativos y de apertura de expediente anual –150 €– que Aeceriber cobra a los miles de criadores de cerdo ibérico que no pertenecen a esta sempiterna asociación porcina.

Este incompatible proceso calificador adquirió su punto más álgido durante el año 2015, ya que en dicho periodo fueron agregadas al registro censal 179.231 de estas hembras ibéricas, según los datos reportados por el propio Mapama, respaldados además por los más de 374.000 € que Aeceriber empleó en la compra de crotales para los animales inventariados en el Libro Genealógico.

A la cabeza de estas afiliaciones se sitúa Extremadura, con 84.597 nuevos ejemplares, seguida de Castilla y León con 37.619 animales y Andalucía completa el pódium con 37.606 reproductoras.

De igual forma, cabe destacar que las 70.000 hembras calificadas virtualmente como ibéricas puras a lo largo del año 2016 fueron regularizadas fuera del periodo transitorio que dispone la reglamentación sectorial, –la prórroga expiró el día 11 de enero de 2016–, al amparo de un trámite administrativo de dudosa legalidad, activado contra la propia Ley por el Ministerio de Agricultura, y practicado por Aeceriber.

Otro capítulo sobresaliente del balance financiero presentado por esta asociación, que cabe recordar es sin ánimo de lucro, son los gastos de representación de la presidenta, Lucia Maesso, partida que ascendió a 11.216,97 € y que no identifica ni uno solo de los gastos derivados de tal actividad, además de los 7.212 € que han cobrado los miembros de la Junta Directiva de la referida asociación –en concepto de primas– por asistir a las reuniones celebradas durante dicho ejercicio.

Aeceriber no sólo aglutina ayudas del gobierno central y de varias administraciones autonómicas. Especialmente significativa es la aportación percibida del Proyecto TREASURE, con un  montante de 7.083,33 euros. TREASURE es un programa financiado por la Unión Europea que en síntesis tiene como principal objetivo “profundizar en el conocimiento, las técnicas y las competencias necesarias para desarrollar la producción en los sistemas existentes y crear nuevas cadenas de producción, basadas todas ellas en el empleo de razas porcinas autóctonas europeas”.

×