La asociación de ganaderos y ganaderas Agromuralla ha exigido la «revisión de la nueva normativa sobre purines» y la aprobación de un «Plan de ayudas directas» que permitan al sector adaptarse a la nueva regulación sin que los costes aparejados que conlleva su cumplimiento suponga «el cierre de muchas pequeñas explotaciones».

Agromuralla organizó en Castro Riberas de Lío un acto para informar a sus asociados de los cambios previstos y en el que participó el director general de Ganadería de la Consellería de Medio Rural, José Balseiros, y el coordinador de la Estrategia de Dinamización del Sector Lácteo de la Fundación Juana de Vega, José Manuel Andrade.

El presidente de Agromuralla, Roberto López asegura que el nuevo decreto sobre fertilización que quiere aprobar el Gobierno central supone «un jarro de agua frío» para el sector agroganadero gallego y alerta de sus consecuencias para las pequeñas explotaciones, tanto de leche como de carne.

«Si el Real Decreto nueva normativa sobre purines se lleva a cabo el día 1 de enero tal como está redactado a día de hoy, es decir, si no se aceptan los alegatos que hay presentadas, casi podríamos asegurar que un 50% de las pequeñas explotaciones de Galicia cerrarán, porque es inviable en muchos casos cumplirlo, por la orografía de nuestro territorio, y porque para muchas pequeñas explotaciones va a resultar económicamente inasumible poder adaptar sus equipos a los nuevos sistemas de aplicación del purín», dijo.

«En las zonas de montaña expandIr purín es muy complicado, cuanto más con un sistema de aplicación como lo que se nos propone» y recordó que el abonado mediante cañón, que permitía llevar el purín la fincas pendientes, aplicándolo desde un camino próximo y sin necesidad de entrar en las fincas con la maquinaria, ya está prohibido desde hace un año, lo que limita ya el abonado en muchos lugares. «A esos ganaderos les quedaba el plato o abanico, que se ahora también se prohíbe, por lo que quedarán sin alternativa viable para echar el purín y abonar las suyas fincas», indicó.

QUE SE REVISE LA NUEVA NORMATIVA SOBRE PURiNES Y UN PLAN DE AYUDAS PARA EL CAMBIO DE APLICADORES

«Pedimos que se revise porque no se nos puede tratar por igual a las granjas de vacuno de leche, que hacemos un uso del purín como abono, en un claro ejemplo de economía circular, que a las granjas de porcino, por ejemplo, que generan muchísimo purín y no tienen dónde echarlo porque en la mayoría de los casos no disponen de superficie agraria», justificó.

Del mismo modo, dijo, «no puede ser la misma normativa para una granja grande que para una pequeña explotación, que muchas veces tiene ya sus vacas en pastoreo, por lo que la aplicación de purines es mínima. La esas ganaderías no se les puede exigir esta inversión porque para ellas es inviable acometerlo», indicó.

Agromuralla reclama un plan de ayudas, sufragado tanto por el Ministerio como por la Xunta, para facilitar a las explotaciones a adaptación a la noticia normativa. «En muchos casos las cisternas que tenemos hoy en las ganaderías para la aplicación del purín no se van a poder utilizar porque no sirven para instalarles un sistema de inyección. En el mejor de los casos, sirviendo para adapalas al nuevo sistema, el coste sería de unos 15.000 euros, pero se tienes que comprar una cisterna nueva hablaríamos de más del doble, y eso sin contar que al tener mayor peso en muchos casos será necesario también cambiar el tractor para poder moverla, con el que la inversión pasaría ya de los 100.000 euros», calculó.

«Desde Agromuralla consideramos que las ayudas no deben ser inferiores al 50% del coste de los aplicadores, dado que es algo que se nos viene impuesto y dado que se nos impone, debe haber una línea de ayudas para sufragar estos cambios normativos», defendió.

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