El Consejo de Colegios Veterinarios de Castilla y León ha pronosticado el cierre de numerosas ganaderías en esta comunidad durante los próximos años debido al cambio de estatus legal en la protección del Lobo Ibérico, recientemente acordado en la Comisión de Patrimonio Natural del Ministerio de Transición Ecológica., por lo que ha pedido reconsiderar su proteción

Los ataques de lobos durante 2020 superaron la cifra de 2.500, de los que más de 2.000 se produjeron al sur del río Duero donde esta especie no se puede cazar, y los daños fueron menores en el norte de este curso fluvial debido a una gestión sostenible basada en cupos cinegéticos habilitados con arreglo a criterios científicos.

Estos daños afectan no sólo a la muerte de reses ovinas, vacunas y caprinas sino también a problemas reproductivos como son el aborto, la reducción de la fertilidad, la pérdida de producción lechera y de peso, además de la aparición de enfermedades derivadas, al igual que los anteriores, al estrés y traumatismo causados por los ataques, explica el Consejo de Veterinarios a través de una nota informativa.

LA PROTECCIÓN TOTAL DEL LOBO IBÉRICO «ES A TODAS LUCES UNA MEDIDA DESACERTADA Y SE DEBERÍA RECONSIDERAR SU PROTECCIÓN»

«Todo ello contribuirá, sin duda, al cierre de numerosas ganaderías en los próximos años en un sector que es clave para el desarrollo rural sostenible y el mantenimiento de población en la ‘España vaciada'», añade la nota distribuida este lunes.

Por todo ello, el Consejo de Colegios Veterinarios de Castilla y León, que preside Luciano Díez, considera que la protección total del Lobo Ibérico al ser incluido en el listado de especies silvestres protegidas, «es a todas luces una medida desacertada que debería ser reconsiderada».

«Es urgente contar con estudios científicos que orienten las actuaciones para compatibilizar la biodiversidad, que aporta el lobo, con la actividad ganadera extensiva, que preconiza el Pacto verde europeo», señala el comunicado.

Por otra parte, los veterinarios de Castilla y León consideran que antes de implantar cualquier nueva medida proteccionista «es exigible evaluar su impacto en su vertiente ambiental, social, económica y sanitaria».

Por último, recuerdan que el Lobo Ibérico en España, y en particular dentro de Castilla y León, «se encuentra lejos de requerir una protección mayor de la que ya tiene en la actualidad, con estrictos planes de gestión basados en cupos que han demostrado ser capaces de conservar las mayores densidades de la especie por kilómetro cuadrado de Europa y que están favoreciendo la recolonización de territorios donde no estaba presente desde hace varias décadas».

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