A lo largo de todas las actividades diarias el organismo de los más pequeños sufre un desgaste de los diferentes tejidos: óseo, muscular, etc. Las proteínas intervienen en la formación de tejidos y en la reparación diaria de este desgaste. Las proteínas son una pieza clave para el correcto desarrollo de los niños.
La carne de cerdo fresca se constituye una fuente de calidad de proteínas y aminoácidos esenciales para los niños. Las necesidades proteicas infantiles son muy elevadas por la continua síntesis y recambio proteico que ocurre en su organismo por lo que necesitan el aporte de alimentos con proteínas de alto valor biológico.
Además, algunos cortes como el lomo son una excelente fuente de vitaminas del complejo B (B1, B3, B6 y B12, cubriendo buena parte de las necesidades diarias. Además es una excelente fuente de potasio, fósforo y zinc.
Por tanto, según Interporc y enbase al dossier realizado, "se trata de un alimento perfectamente recomendable en el contexto de una alimentación infantil variada y equilibrada para alcanzar un crecimiento y desarrollo óptimos".
Cabe destacar, además, que la carne de cerdo de capa blanca admite todo tipo de preparaciones culinarias con poca adición de sal y grasas y fáciles de preparar así como el acompañamiento de verduras, pasta, legumbres y frutos secos. La carne de cerdo de capa blanca tiene piezas con grasa muy localizada fácil de eliminar en crudo, como pueda ser la pieza del lomo y goza de un agradable sabor y textura y un precio realmente muy competitivo y ajustado para todos los bolsillos.
La ración infantil adecuada
Las recomendaciones de los expertos señalan, dentro de la alimentación de los niños, tres o cuatro raciones de carne fresca a la semana, siendo la carne de cerdo una buena alternativa. Hay que tener en cuenta que el tamaño de la ración oscila desde 30 g de carne en niños de un año, aumentando según la edad del niño hasta los 150 g.
Para los niños, la carne de cerdo de capa blanca fresca, magra, a la plancha o asada es una alternativa pertinente y forma parte de los hábitos nutricionales para favorecer el crecimiento y desarrollo adecuados.