El confinamiento de aves de corral en las zonas consideradas de especial riesgo y vigilancia para evitar la propagación de la gripe aviar afectará desde este lunes 10 a 1.199 municipios, según los últimos datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
En concreto, serán 197 pueblos de Andalucía, 128 en Aragón, uno de Canarias, Cantabria (31), Castilla y León (250), Castilla-La Mancha (18), Cataluña (224), Comunidad de Madrid (16), Comunidad Valenciana (138), Extremadura (99), Galicia (40), Islas Baleares (14), La Rioja (6), Navarra (12) País Vasco (6), Principado de Asturias (8), Región de Murcia (11), Ceuta y Melilla.
Las nuevas medidas preventivas se adoptan «ante el incremento de casos y de los movimientos de aves migratorias», ha subrayado el Departamento en un comunicado.
El Ministerio, de acuerdo con las comunidades autónomas, activa la totalidad de las medidas de protección frente a la influenza aviar que recoge la Orden APA/2442/2006, de 27 de julio, y que incluye las siguientes prohibiciones y obligaciones en las zonas de especial riesgo y de especial vigilancia:
Queda prohibida la utilización de pájaros de los órdenes anseriformes y charadriformes como señuelo; la cría de patos y gansos con otras aves de corral.
Además, estará prohibida la crías de aves de corral al aire libre pero cuando esto no sea posible la autoridad podrá autorizar el mantenimiento de aves de corral al aire libre mediante la colocación de telas pajareras o cualquier otro dispositivo que impida la entrada de aves silvestres.
En este caso, las aves tendrán que alimentarse y abrevarse en el interior de las instalaciones o en un refugio que impida la llegada de aves silvestres y evite el contacto de éstas con los alimentos y el agua destinados a las de corral.
Queda prohibido también dar agua a las aves de corral procedente de depósitos de a los que puedan acceder aves silvestres, salvo en caso de que sea tratada a fin de garantizar la inactivación de posibles virus de influenza aviar.
Los depósitos de agua situados en el exterior requeridos por motivos de bienestar animal para determinadas aves de corral quedarán protegidos suficientemente contra las aves acuáticas silvestres.
EN LAS ZONAS DONDE NO AFECTA ESTE CONFINAMIENTO SE EXIGE EXTREMAR LAS MEDIDAS DE CONTROL Y SEGURIDAD
Se prohíbe también la presencia de aves de corral u otro tipo de aves cautivas en los centros de concentración de animales, incluidos los certámenes los certámenes ganaderos, muestras, exhibiciones y celebraciones culturales, así como cualquier concentración de aves de corral u otro tipo de aves cautivas.
Para el resto del territorio, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación recuerda la necesidad de extremar las medidas de bioseguridad en las explotaciones avícolas, especialmente aquellas destinadas a evitar el contacto con aves silvestres, así como reforzar la vigilancia pasiva, y notificar cuanto antes cualquier sospecha de enfermedad a los servicios veterinarios oficiales.
Las zonas de especial riesgo y de especial vigilancia están determinadas, respectivamente, en los anexos II y III de la mencionada orden.
Las comunidades autónomas, que tienen las competencias en sanidad animal, pueden determinar otras medidas complementarias para reforzar la protección contra esta enfermedad.

¡Ahora ya sabemos por qué era necesario registrar las gallinas! Para mandar sobre ellas y encerrarlas, viva la ley de maltrato animal según el viento que sople.
Dicen los expertos, esos sabios invisibles que nunca han tenido una gallina, que lo mejor para ellas es encerrarlas. Que el aire libre, el sol, el viento, el picoteo natural y el aprovechamiento de las sobras es peligroso. Que es mejor que respiren amoniaco y polvo y pagar pienso porque no ver el sol es lo idóneo a partir de ahora porque así estarán más sanas y que no comprenden como hemos llegado al 2025 sin esa sabiduría de bata blanca experta. Nuestros vecinos no lo aplicarán porque no son tan obedientes, tan modernos ni tan experimentales como nosotros. En España se prueba cuánto aguanta la gente antes de decir basta. Ah que somos obedientes y que lo hacen por nuestro bien. El autoconsumo es un delito y la gallina feliz es un problema de Estado. Bueno, sólo son las gallinas, bueno y el dejar abiertas las puertas a la lengua azul, y algunos requisitos a la matanza, y unos controles sanitarios para hacer embutidos en casa o queso, no coger piñas porque es gestión forestal, y un poquito de burocracia para cortar una rama, y alguna prohibición de acceso a según que lugares públicos, y no lavar en el lavadero municipal, no usar el agua para regar directamente y subir la tasa hídrica, pero que buena gestión sobre la vetulina…
Es curioso que la mayoría de los focos sean de grandes explotaciones pero que sean medidas para restringir al pequeño corral o granja familiar mientras las grandes siguen funcionando…
No vamos a pensar que el pienso tiene nada malo, verdad?
Por supuesto, no hay que fomentar la autonomía ni la diversidad genética, es mejor la uniformidad industrial.
Sería de locos pensar que a mayor densidad, más mutaciones y que es el laboratorio perfecto para nuevos caldos de cultivo. Y aunque se hayan manipulado cepas para estudiarlas, nunca ha habido accidentes o filtraciones.
Por favor, que nadie crea que esta gestión y relato sea para favorecer intereses económicos, no hay un trasfondo de miedo, control y modelo productivo. Que aunque sean las grandes empresas las que puedan costear la bioseguridad y grandes beneficiarias, el problema real es el corral tradicional.
Es por nuestro bien prohibir a las gallinas vivir como llevaban haciéndolo los últimos 10000 años con nosotros. No vaya a ser que aprendan a volar.
Y lo contentos que nos vamos a poner cuando desaparezcan nuestras gallinas y las de la industria comiencen a poner huevos Kinder con sabores y regalos.