Las fuertes y abundantes lluvias de final de la primavera (mayo y junio) y el descenso de las temperaturas han propiciado una “explosión” de hongos en España, con producciones récord de setas muy apreciadas gastronómicamente y más propias del otoño como los boletus y excelentes cosechas de otras setas como la seta de cardo, las senderillas y rebozuelos.
La lluvia y las temperaturas más frescas de «la primavera tardía» han conseguido que, pese a la sequía de los meses de marzo y abril, se esté produciendo «una verdadera explosión de hongos silvestres», según ha manifestado a Efe Juan Andrés Oria de Rueda, director de la Cátedra de Micología de la Universidad de Valladolid, ubicada en el Campus Universitario de Palencia.
De hecho en este final de la primavera se están produciendo cosechas récord de algunas de las setas más apreciadas de la gastronomía como Amanita caesarea y Cantharellus cibarius en alcornocales y robledales y de Boletus pinicola en los pinares de montaña.
SE ESTÁN RECOGIENDO EN PLENO JUNIO GRANDES CANTIDADES DE BOLETUS EDULIS, UNA ESPECIE MÁS PROPIA DE OTOÑO
«En muchos parajes se están superando los 30 kilos por hectárea e incluso los 60 kilos», ha afirmado el experto, quien asegura que «sorprendentemente» las lluvias que se han producido en primavera han compensado un otoño con producciones menores a las de otras campañas.
De hecho, como ha señalado Oria de Rueda, se están recogiendo en pleno junio grandes cantidades de Boletus edulis, una especie más propia de otoño pero que con estas condiciones ha fructificado en numerosos montes zamoranos y burgaleses, pero también de Extremadura y Sierra Morena.
Según el experto, se han llegado a cosechar más de 45 kilos por hectárea en algunos robledales de las comarcas de Sanabria y Carballeda, así como en los páramos silíceos de la mitad norte de la provincia de Palencia y en otras provincias como Cáceres, León o Ávila, donde «esta cifra récord es la que se produce durante un año de media en los buenos terrenos».
El director de la Cátedra de Micología ha explicado a Efe que los aguaceros y tormentas del final de la primavera, algunas de granizo, y las bajadas de temperatura han provocado un «shock térmico” que viene muy bien a especies de setas como la tana u oronja (Amanita caesarea) y los distintos Boletus.
«El hecho de que haya habido un récord de rayos en las tormentas en territorio español y se corresponda con un récord de producción de Boletus no es mera coincidencia», ha continuado Oria de Rueda, quien ha precisado que estos fenómenos climatológicos fuertes e imprevistos desencadenan la producción micológica.
Además, ha afirmado que otras especies como la seta de cardo, senderillas y rebozuelos también están alcanzando unos niveles de cosecha excelente en diversas áreas montañosas.
EXCELENTES PERSPECTIVAS PARA LAS TRUFAS
Las fuertes lluvias y las temperaturas han beneficiado también de forma extraordinaria a las encinas y robles productores de las apreciadísimas trufas negras.
El profesor asegura que las plantaciones de estos árboles micorrizados con «el diamante negro de la cocina» están este año en una situación inmejorable por lo que se espera que haya muy buenos rendimientos y de gran calidad para la próxima temporada de otoño e invierno.
“Los calveros que producen las trufas en los encinares truferos están en un magnífico estado y lo mejor de todo es que en muchas plantaciones truferas no va a hacer falta regar, un gasto que puede ser elevado en un año seco” ha añadido el subdirector de la Cátedra de Micología, Pablo Martín Pinto.
COLMENILLAS Y TRUFAS DE VERANO PROLIFERAN EN ESTE FINAL DE PRIMAVERA
Este año, aunque un poco tardías, han aparecido gran número de las apreciadísimas colmenillas (Morchella esculenta y Morchella deliciosa), conocidas popularmente como manjarrias, múrgulas y piñuelas, que están proliferando sobre todo en las riberas y los encinares calizos de los páramos, acompañadas de los deliciosos hongos de carrasca (Boletus lepidus), más amarillos que los Boletus edulis, pero también excelentes comestibles.
En este punto, Oria de Rueda advierte que las especies de Morchella, como los pucheruelos (Sarcosphaera) son comestibles pero no pueden comerse crudas, por tener sustancias hemolíticas que se destruyen con la cocción, por lo cual si se guisan pierden su toxicidad.
Otros hongos que están proliferando especialmente en este final de primavera en las zonas calizas de Castilla y León y Castilla la Mancha son las trufas de verano o de San Juan (Tuber aestivum), asociadas a encinas, robles e incluso hayas, avellanos y estepas negrales.
Estas trufas fructifican a poca profundidad por lo que a veces no hace falta ir con un perro o cerdo para su localización como requiere la trufa negra.