La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de Castilla y León ha regulado las bases de subvenciones para reponer reses que tengan que ser sacrificadas obligatoriamente por aplicar los programas sanitarios oficiales de enfermedades de los rumiantes. Las ayudas irán de los 25€ por oveja o cabra para carne a los 450 por vaca lechera.

El importe máximo de las ayudas es de hasta 450 euros por vaca lechera de entre dos y cinco años, 390 por vaca para carne de entre dos y ocho años; 270 euros para vacas lecheras entre uno y dos años, y 225 en el caso de que sean para carne.

En las cabras, las ayudas son de cien euros para las de leche y 25€ para carne, y en las ovejas de 70 y 25€ en cada caso.

En caballos las ayudas oscilan entre los 270 euros sin son reproductores de entre uno y dos años y 390 entre los dos y los cinco años.

LA ORDEN DEJA CLARO QUE SE PODRÁ ORDENAR EL SACRIFICIO OBLIGATORIO COMO MÉTODO DE CONTROL

La orden que articula las subvenciones, que publica este miércoles el boletín oficial de la Comunidad, Bocyl, y recogida por Efe, recuerda que en la Comunidad se han regulado los programas de erradicación de la tuberculosis y brucelosis en el ganado de la especie bovina y de la brucelosis en el de las especies ovina y caprina, así como el control de la leucosis y la perineumonía bovinas y la tuberculosis caprina.

En otros casos el marco normativo es el nacional derivado de Europa, como es el caso de las encefalopatías espongiformes transmisibles de los animales.

Tras la polémica de hace unas semanas, asimismo, la orden recoge que el Reglamento General de Sanidad Animal de Castilla y León establece que la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural puede determinar el sacrificio obligatorio de los animales como método de control y erradicación de enfermedades por su especial gravedad o poder de difusión, o como consecuencia de programas de vigilancia, control y/o erradicación de enfermedades de rumiantes.

Por ello, la consejería establece incentivos para favorecer la reposición de ganado sacrificado obligatoriamente, y los beneficiarios finales de estas ayudas son las pequeñas y medianas empresas, dedicadas a la producción agrícola primaria.

La orden incide en que las ayudas tienen como finalidad incrementar y apoyar la competitividad de la ganadería como actividad central de las zonas rurales, facilitar el mantenimiento de la población en dichas zonas, así como conservar y mejorar el medio ambiente.

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