Eresma, la marca de embutidos y elaborados de Grupo Copese, renueva su imagen con la vista puesta en la tradición y en sus orígenes, en su alma rural. Por supuesto, sin perder de vista la innovación y los estrictos estándares de calidad que han convertido a esta firma en un referente regional y nacional, con una creciente proyección internacional.

Bajo el nombre del río encargado de regar y llenar de vida las tierras segovianas en las que se encuentra ubicada la empresa, Eresma convierte en su emblema por excelencia el «Puente Grande» de Coca, que sirve de acceso a la villa. Este puente se levantó sobre uno anterior, de origen romano. Construido en el siglo XVIII por la Comunidad de Coca, se eleva más de una decena de metros sobre el río, al cual se abre en un único y gran ojo de medio cañón por el que fluyen sus aguas.

Durante todos estos años, desde su nacimiento en 1993 para dar nombre a las carnes frescas, jamones, paletas, embutidos y ollas tradicionales, la marca ha vivido diferentes etapas con varios cambios de imagen. Ha crecido, evolucionado y conquistado nuevas metas, pero nunca ha perdido de vista su casa, su pueblo, sus raíces. En definitiva, siempre ha mantenido y potenciado su alma rural, una esencia que define a Eresma y a Grupo Alimentario Copese es su compromiso con el medio rural y de proximidad.

Tras una época convulsa que obligaba a renacer con bríos renovados, el cambio de imagen se ha llevado a cabo de la mano de Mon Estudio y la agencia Miltrescientosgramos, quienes han querido potenciar la vuelta a los orígenes de Eresma y Grupo Copese, siempre comprometidos con el desarrollo de su tierra.

Cabe recordar que el Grupo Alimentario Copese ha consolidado sus previsiones de crecimiento este primer semestre de 2021 alcanzando los 38 millones de euros en facturación, lo que supone un incremento de un 22,99% respecto al año anterior.

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