El Valle del Jerte, en el norte de Extremadura, es famoso por la floración de los cerezos en primavera; un increíble espectáculo de más de un millón de árboles tiñendo de blanco las laderas del valle. La floración de los cerezos no se produce todos los años en las mismas fechas, depende de las condiciones meteorológicas que haya durante el invierno. Lo normal es que se produzca durante los últimos 10 días de marzo y los primeros 10 días de abril. Sin embargo, este año el Consejo Regulador prevé que se adelantará por la subida de temperatura que ha habido durante el pasado mes de febrero.
La floración en el Valle del Jerte dura entre 12 y 14 días y es un momento de celebración para toda la comarca que festeja la Fiesta del Cerezo en Flor declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. Este año se inaugurará en Jerte, el 27 de marzo y se clausurará en Valdastillas, el 4 de abril. Esta fiesta se celebra desde hace ya más de 40 años como un momento de júbilo en el que el agricultor agradece y aplaude la inminente llegada de la próxima cosecha.
Siguiendo una tradición familiar de siglos, los cerezos se cultivan artesanalmente en bancales labrados en las altas montañas del Valle del Jerte, entre manantiales y aire puro. Sólo en un entorno único, con un microclima privilegiado, pueden cultivarse las mejores cerezas de España y la Picota del Jerte que es una variedad originaria del Valle. Sólo hay cinco variedades certificadas con la Denominación de Origen Protegida. Cuatro de ellas pertenecientes al grupo de las Picotas del Jerte de características similares: Pico Limón Negro, Pico Negro, Pico Colorado y Ambrunés y la única variedad con pedúnculo llamada Navalinda.
Este tipo de cultivo abancalado, que se transmite de generación en generación, también repercute significativamente en la calidad y propiedades saludables de las cerezas y Picotas. Estos frutos son una fuente de salud puesto que contienen 8 vitaminas, hierro, magnesio y calcio, gran cantidad de antioxidantes y fibra, además de pocas calorías.
Las Picotas del Jerte son un producto exclusivo que se distingue por su sabor y dulzura. Son las únicas que se desprenden del árbol sin rabito, pero hay más características que las diferencian del resto: su textura carnosa y más crujiente, su tamaño de un calibre de menor tamaño – comprende desde los 22 a los 26 milímetros- y su sabor más dulce y su color. Su cultivo natural y su recogida y tratamiento tradicionales multiplican sus propiedades y permiten que lleguen a los mercados en el momento óptimo para el consumo.