Los líderes de la Unión Europea fracasaron este jueves 12, por el bloqueo de Polonia, en su objetivo de lograr el compromiso unánime de alcanzar la neutralidad climática en 2050; es decir, que la UE emita solo el CO2 que sea capaz de absorber en su territorio.
El veto de Varsovia no hizo posible el acuerdo tras una negociación de nueve horas celebrada un día después de que la nueva presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, desvelara las líneas maestras de su Pacto Verde Europeo, que fija el objetivo de descarbonizar la economía europea a mitad de siglo.
La meta de alcanzar la neutralidad climática, que encalla en la víspera de la clausura de la cumbre del clima COP25 en Madrid, convertiría a la Unión Europea en el primer gran bloque mundial en fijarse una fecha concreta para desprenderse de las emisiones contaminantes, en línea con el Acuerdo de París contra la crisis climática.
El acuerdo, anunciado como tal en Twitter por el nuevo presidente del Consejo Europeo, el belga Charles Michel, es en realidad un acuerdo de principios, como el propio político belga se encargó de aclarar poco después ante la prensa y, por tanto, no es legalmente vinculante.
«Consideramos que la neutralidad climática en 2050 es un objetivo común, pero es cierto que para un país no es posible comprometerse a implementar este objetivo», dijo Michel sobre un pacto que, en el texto de conclusiones adoptado queda especificado que «el Consejo Europeo seguirá progresando hacia el objetivo de la neutralidad climática en 2050».
NUEVA CUMBRE
Los líderes volverán a intentar convencer a Varsovia en una nueva cumbre el próximo mes de junio, cuando se prevé que esté cerrado el presupuesto a largo plazo de la Unión Europea (2021-2027) y Polonia pueda saber de qué fondos dispondrá para sumarse al compromiso común.
Pese a esa realidad, la presidenta de la Comisión, que asumió el cargo el 1 de diciembre y se estrenó en la COP25 al día siguiente, dijo que mantendrá su plan de presentar el próximo mes de marzo una Ley Climática que asuma la meta de descarbonizar la economía en 2050.
«Acepto totalmente que Polonia necesite tener una mirada más detallada al Fondo de Transición Justa», dijo Von der Leyen en referencia al mecanismo que pretende acompañar financieramente a los territorios más dependientes de combustibles fósiles, como es el caso de Polonia, que obtiene el 80% de su energía del carbón.
Los líderes han cosechado más apoyos respecto a la cumbre del pasado junio, cuando además de Polonia bloqueaban el acuerdo Estonia, Hungría y República Checa, lo que no evita que Von der Leyen se haya estrenado en una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno como presidenta de la CE encallando en la misma roca con la que se topó en su despedida su antecesor, Jean-Claude Junker.
Tallin ya se había sumado al consenso antes de la cumbre, pero para convencer a Budapest y Praga en esta reunión fue necesario mencionar en las conclusiones que la «necesidad de garantizar la seguridad energética y respetar el derecho de los Estados Miembros a decidir sobre su ‘mix energético’ y elegir las tecnologías más apropiadas», con una mención específica a que varios países han anunciado que «usarán la energía nuclear» para reducir las emisiones de CO2.
ENERGÍA NUCLEAR, OPORTUNIDADES, DESAFÍOS Y DIPLOMACIA
Alejada mucho tiempo de los debates climáticos en la UE, la energía atómica ha recobrado protagonismo en las últimas fechas ya que algunos países consideran que esa fuente de energía, que genera residuos radiactivos pero no emite CO2, ayuda a la lucha climática mientras que otros, como Luxemburgo, Austria o Alemania, son reacios a considerar la nuclear como energía «verde».
En 2018, el 25,5 % de la electricidad generada en la Unión Europea provino de la nuclear, el 45,9 % de combustibles fósiles y biomasa y el 28,2 % de fuentes renovables, según datos de Eurostat, mientras que el actual objetivo para 2030 pasa por elevar la tasa de renovables hasta el 32,5 %.
En lo que sí coincidieron los líderes es que la transición hacia una economía sin carbono «traerá oportunidades significativas» en términos de crecimiento económico, creación de empleos y desarrollo tecnológico, pero «requerirá superar serios desafíos», por lo que habrá que acompañarlo de «instrumentos adecuados» de inversión y adaptación.
«El objetivo de neutralidad climática debe alcanzarse de manera que se preserve la competitividad», incluyendo medidas para evitar importaciones de países con estándares medioambientales más bajos a través de un «mecanismo de ajuste fronterizo de carbono» compatible con las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), agregan las conclusiones.
Los líderes europeos subrayaron que para el éxito de la lucha medioambiental es «crucial» el compromiso internacional para reducir el CO2 y llamaron al alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, para prestar «especial atención a la «diplomacia climática».
(Texto: Javier Albisu / Efeagro)