Oscar Moret / Secretario Provincial de UAGA-Huesca

Tal y como va evolucionando la crisis generada por el reparto de las peras sudafricanas en los colegios de Aragón, más nos deberíamos indignar los agricultores. Lo último que sabemos es que hubo una bajada del 16% en el precio de las peras en el pliego de contratación. Casi como esos supermercados que anuncian a bombo y platillo sus paraguayos por un 30% menos.

Menuda paradoja para la ‘Ley de la Cadena Alimentaria’, que dice que NO SE PUEDE VENDER LOS PRODUCTOS AGRARIOS POR DEBAJO DE COSTE DE PRODUCCIÓN, tener como competencia a la propia Administración a la hora de comprar producto barato, cuando debería ser quien supervise el cumplimiento de la normativa. Sin embargo, nos encontramos con que la Administración no hace nada por poner los medios para que se cumpla, y mientras, el agricultor tiene que vender por debajo del precio de coste.

Quizá no entendemos el precio de la fruta producida en Aragón porque no entendemos que la fruta europea es, por su proceso de producción, la de mayor calidad del mundo, me atrevería a decir, y, además, es el sustento de las explotaciones frutícolas familiares, una actividad que vertebra el territorio, mantiene los pueblos vivos, garantiza la seguridad y soberanía alimentaria, que se mantenga el relevo generacional y la continuidad del mundo rural. Para las administraciones públicas todos estos factores no deberían tener precio. Todo lo contrario, debería haber subvenciones que incidan en las explotaciones agrícolas familiares de Aragón. Ayudas que, además de tener como objetivo introducir el consumo de fruta entre los niños, también deberían servir para educarlos sobre el sistema productivo europeo que garantiza frutas producidas con las máximas garantías sanitarias y, sobre todo, cumpliendo los convenios laborales del siglo XXI. Tras una larga lucha social, poco hemos entendido.

La excusa de que esta contratación lleva haciéndose durante 16 años es, como mínimo, curiosa. Quizá la Consejería de Agricultura no ha entendido que, cuando ha habido un cambio político, es para que las cosas se hagan de otra manera. Por tanto, resulta curioso, que mientras se promueven marcas de Calidad en Aragón como los Alimentos de Aragón, a nuestros colegios se traigan frutas de ultramar. Pero, además, el gobierno debería comprobar si esas peras o frutas con el 16% de bajada en la licitación cumplen con la Ley de la Cadena. A ver si estamos comprando con dinero público por debajo del precio de coste y haciendo competencia desleal a nuestros agricultores, incumpliendo totalmente la Ley.

Quizá sería más sensato que la Administración se reuniera con el sector productivo para buscar, de una vez por todas, la solución para aplicar la ‘Ley de la Cadena’, y terminar así con la precarización del sector por vender por debajo de coste.

En lo que llevamos de legislatura hemos tenido dos Consejeros de Agricultura. El primero fue cesado por el reparto de menores no acompañados, un hecho ajeno al sector. El segundo tiene una crisis grave por el reparto de peras sudafricanas, una situación que no es ajena. La manera en la que se ha tramitado este programa de reparto de fruta en los colegios perjudica gravemente a los productores aragoneses, y pongo especial énfasis en la tragedia que están viviendo los productores de pera de la Comarca de Calatayud, cuyos perales están siendo arrasados por el fuego bacteriano. Y mientras, sus hijos en el cole comiendo peras sudafricanas.

El consumidor debería concienciarse de que el precio del producto europeo, español y/o aragonés, NO ES CARO, es resultado de garantizar la seguridad y soberanía alimentaria, así como vertebrar el territorio.

Como dice Tomás García Azcárate “cuando compras un litro de leche en el supermercado a menos de 1 €, no compras leche, compras la sangre del ganadero”.

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