EFE.- WWF ha hecho esta petición al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y ha lanzado una campaña de recogida de firmas a través de la red pidiendo a los ciudadanos que se sumen a esta iniciativa.
El principal objetivo es lograr que se prohíban en aguas próximas a Lanzarote y Fuerteventura la búsqueda de petróleo y las maniobras militares navales, y que se regule el tráfico marítimo para evitar colisiones con los cetáceos.
Aunque durante los últimos días se ha anunciado un aumento de la superficie marina protegida, al incorporar nuevos espacios a la red europea Natura 2000, esta organización ha recordado que aún queda «un largo camino por recorrer».
La organización se ha opuesto desde el principio a las prospecciones petrolíferas en aguas próximas a Canarias y las ha denunciado ante los tribunales españoles y ante la Comisión Europea «por su grave impacto sobre los cetáceos, especies estrictamente protegidas por la legislación europea y nacional».
WWF ha recordado que el propio Ministerio de Medio Ambiente sabía ya en 2011 la importancia de estas aguas para los cetáceos y encargó un estudio científico para delimitar una posible Área Marina Protegida para las ballenas y los delfines.
«Paradójicamente, esta es la misma zona donde acaban de aprobar los sondeos exploratorios para la búsqueda de petróleo», ha observado la organización, que ha instado al Ejecutivo a continuar con sus planes iniciales de crear un Área Marina Protegida y que rechace de forma definitiva el proyecto de búsqueda de petróleo.
Estas aguas, ha recordado WWF, son reconocidas a escala internacional por ser el hábitat de más de la tercera parte de las especies de cetáceos del planeta.
Juan Carlos del Olmo, secretario general de la organización, ha señalado: «Con esta campaña, WWF desea que el Gobierno cree un santuario para proteger la principal población de cetáceos de toda Europa, un lugar suficientemente amplio para garantizar su viabilidad, y libre de amenazas como la del petróleo», y ha señalado que «el vertido que está contaminando las playas de Gran Canaria nos recuerda la enorme fragilidad de este espacio».