A diferencia de lo que gran mayoría de la gente puede creer, la Rioja y Castilla León no son las zonas más caras para visitar sus bodegas. Ambas se sitúan prácticamente en el mismo nivel de precio con 6,37 y 6,61 euros respectivamente. En el mismo nivel de precios se encuentra Navarra, una región que ha apostado también por el enoturismo en tiempos recientes.En el tramo inferior de precios, destacan Murcia y Aragón, con precios medios cercanos a los 5 euros.
Por otro lado, y a diferencia de casi todas las comunidades, Andalucía muestra una gran diferencia interna en sus precios. Esto depende de la sub-zona en que se encuentren las bodegas. Por ejemplo, mientras que en Montilla los precios son inferiores a 5 euros por visita, en Ronda se elevan por encima de los 16 euros y, en Jerez, superan ligeramente los 8 euros por visita.
Una situación similar se observa en Cataluña, donde los precios medios superan los 8 euros, aunque existen algunas bodegas como las de Priorat en donde alcanzan los 20 euros, situándose en la parte más alta de precios de nuestro país. Sin embargo, sin esta influencia ejercida al alza por Priorat, el precio medio en Cataluña se situaría en los 6,82 euros, muy cerca de Rioja y Castilla León.
Destacan igualmente los precios en Castilla La Mancha, que se sitúan cercanos a los 10 euros de media por visita, precio donde también se encuentra la media de la visita en Canarias.
“Los precios que encontramos son muy razonables por lo general” destaca Luis Lechuga Núñez, socio de www.turismodevino.com quien explica que “en una bodega tendremos normalmente a una persona durante una hora explicándonos como cuidan el viñedo o como elaboran vino. Además, se sirve vino en perfecto estado y el precio de la visita es en casi todos los casos más bajo que tomarse una copa en una discoteca” destaca.
Este análisis se ha realizado con bodegas que publican sus precios de visita, aunque según explica Lechuga Núñez “hay muchas bodegas que no tienen un precio por visita y que podemos pensar que son gratuitas. Sin embargo, sólo se trata de casos en los que la bodega no está aún volcada a la actividad de enoturismo,” puntualiza.