Tras ello, la Unidad Central Operativa de Medio Ambiente del Seprona de la Guardia Civil centró las primeras pesquisas en las empresas que figuraban como exportadoras y descubrió que ninguna de ellas había realizado estas operaciones.
En cambio, los agentes verificaron que la empresa que realizaba estas exportaciones desde España era siempre la misma y estaba radicada en Estonia. Además, descubrieron que esa empresa utilizaba en sus operaciones comerciales de exportación el mismo "modus operandi", pero cambiaba de "empresas pantalla" en España.
Utilizaban la identidad de empresas de Almería, Murcia y valencia sin su consentimiento
De este modo, utilizaban la identidad de mercantiles dedicadas al sector hortofrutícola en Almería, Murcia y Valencia sin su consentimiento, y falsificaban los documentos de transporte nacional e internacional.
La investigación ha dejado al descubierto que la empresa radicada en Estonia contaba con el apoyo de una empresa dedicada al asesoramiento y gestión de exportaciones en Girona, que era la que supuestamente se encargaba de la falsificación de los certificados fitosanitarios necesarios para la exportación a terceros países.
A pesar de producirse el pasado año el cierre del mercado entre Rusia y la Unión Europea, se han podido esclarecer los hechos investigados, ya que el volumen de los envíos de productos hortofrutícolas, aunque había esa restricción, se seguía produciendo casi al mismo nivel, si bien tomaban medidas para evitar que se conociera la procedencia europea de las mercancías.
Las autoridad judiciales han pedido la imputación, vía comisión rogatoria, de cuatro personales naturales de Estonia.
(Foto: Archivo supermercado ruso)