Apunta que el nombre de "Macán" para el nuevo vino se adapta de la denominación de "macanes" con la que tradicionalmente se alude a la gente del paraje en el que se encuentran las fincas de las viñas riojanas de San Vicente de Sonsierra (en referencia a la macana -la maza- con la que se soltaban los travesaños de la prensa del vino).

    La gestión de la Bodega Benjamín de Rothschild & Vega Sicilia, en cuyo consejo se sientan cuatro miembros de cada una de las dos familias, la llevará Vega Sicilia, explica Álvarez, quien apunta que el objetivo en el futuro es que "cuente con una estructura propia de gerencia, pero con nuestro asesoramiento".

    Avanza que las previsiones de venta para la nueva bodega, cuando se encuentre en sus máximos niveles de producción, se sitúan entre los 6 y 7 millones de euros, un nivel que supondría la producción de 200.000 botellas de "Macán".

    Bajo el modelo francés bordelés, la bodega elaborará dos vinos; Álvarez considera a "Macán" como el "gran vino de la bodega", del que prevé sacar al mercado -cuando se alcance la plena producción- unas 200.000 botellas, mientras que "Macán Clásico" será la segunda marca, con producción de 130.000 botellas.

    La gestión de las ventas de la nueva bodega se realizará bajo el mismo sistema que aplica Vega Sicilia de relación directa con los clientes: pedidos personales y precios iguales para todos, "independientemente del número de botellas compradas", subraya.

    En la actualidad, el 80% de los clientes de Vega Sicilia son particulares y el 20% restante, restaurantes y comerciantes, aunque estos últimos son los que hacen el mayor volumen de ventas.

    El vino de la nueva bodega seguirá los mismos pasos de los de la bodega Vega Sicilia, "estamos en 110 países y ‘Macán’ seguirá el mismo camino", precisa.

    "Macán" verá la luz trece años después de que Benjamín Rothschild "nos propusiera hacer algo juntos, y tras dos reuniones -en Burdeos y Valbuena (Valladolid)- acordamos hacer un proyecto en La Rioja", rememora Álvarez.

    Sobre esta zona, Álvarez destaca que es la gran zona de España vitivinícola por muchas razones, entre ellas históricas, pero además en Rioja "no hay que descubrir grandes vinos, ya sabemos que es un una zona capaz de hacerlos".

    La nueva bodega, que en su totalidad supondrá una inversión de 26 millones de euros, cuenta con 70 hectáreas de viñedo -adquiridas en unas 50 operaciones de compra a pequeños viticultores- y 35 hectáreas limpias, que serán las que en el futuro permitan sustituir las vides que se vayan arrancando por rotación y descanso.

    El hecho de que pudieran comprar las tierras con viñas con una edad entre 30 y 35 años de antigüedad les ha permitido acortar el proceso; de no ser así, el primer vino no habría visto la luz hasta dentro de diez años, el tiempo que las vides elegidas, plantas de clones de baja producción, necesitaban para hacer el caldo que buscaban, detalla.

    El complejo bodeguero se levantará en 5 hectáreas en Samaniego (Álava) y, en breve, la compañía designará, después de dos concursos (el primero para arquitectos jóvenes y el segundo abierto), al arquitecto que llevará a cabo el proyecto.

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