Según ha explicado los afectados desconocen si la balsa ha sido construida con autorización municipal, aunque si han constatado que la granja, que ha ampliado de 300 a 1.490 el número de cabezas de porcino, cuenta con la preceptiva licencia.
Sánchez ha dicho que los vecinos llevan "toda la vida allí", pero ha reconocido que el funcionamiento de la balsa provocará "que no se pueda vivir en las casas" por el hedor que provocarán los excrementos de cerdo, especialmente en épocas estivales.
Los vecinos han solicitado la mediación del ayuntamiento ante la falta de entendimiento con el dueño del cebadero de cerdos y el grupo municipal del PSOE ya ha anunciado una pregunta sobre la legalidad de la balsa de purines para el próximo pleno municipal.