Los ladrones han celebrado las Fallas a su manera: robando y asaltando en el medio rural con total impunidad, en esta ocasión en un pozo de riego. La SAT 1137 Pozo Las Calles del Espinar, que riega 12.000 hanegadas cultivadas por 850 agricultores en el término de Llíria, sufrió durante la noche del viernes al sábado un asalto a sus instalaciones eléctricas cuya reparación costará a la entidad entre 50.000 y 70.000 euros.
Lejos de ser un caso aislado el asalto a este pozo de riego, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) ha denunciado una oleada de robos de cosechas (especialmente naranjas y aguacates) y de materiales (cobre, hierro, combustibles, etc.), hasta el punto que reclama a la Delegación del Gobierno un refuerzo de la vigilancia tanto en las explotaciones agrarias como en los centros de recepción de mercancías supuestamente robadas.
El representante del pozo asaltado y asociado de AVA-ASAJA, Jaume Valls, explica que la banda cortó la valla de hierro perimetral, desvalijó el grupo electrógeno (adquirido el pasado mes de octubre por 54.000 euros), sustrajo de su interior 300 litros de gasoil y arrancó todo el cableado de cobre (12 cables del grupo electrógeno y de los mandos de dirección) que podría ascender a 400 metros de longitud.
Valls afirma que “por la complejidad del robo y el enorme peso de las tapas que han tenido que levantar para acceder al subsuelo, podría tratarse de una banda de ladrones organizada que actúa de modo profesional y con los medios adecuados. No solo hay que lamentar el material que se llevan. Lo peor es el destrozo que causan y la necesidad de repararlo todo lo antes posible, porque en la época del año en la que estamos (inicio de la floración) y sin llover no se puede dejar a los agricultores sin capacidad de riego durante muchos días”. De hecho, Valls asegura que la intención del pozo es iniciar las tareas de reparación mañana mismo.