Todos ellos han tenido especial cuidado de amoldarse a los requisitos establecidos en la declaración del Parque como espacio protegido para asegurar la supervivencia de la fauna del ecosistema.
Uno de los puntos hídricos en que más esfuerzo se ha invertido es la Fuente de la Cerrada, de la que en su día surtía agua suficiente para la población de San Miguel. El lugar se ha recuperado ahora de nuevo para el uso y consumo público gracias al trabajo de la Brigada de Conservación y Mantenimiento de la Conselleria de Medio Ambiente.
La segunda fase de las actuaciones enmarcadas en el proyecto comenzará el próximo verano, cuando las condiciones para retomar la faena son las óptimas. Al culminarla, se habrá construido una estable red hídrica que abastezca apropiadamente al Parque de San Miguel.