Así, considera que el escenario cambiaría si se hubiesen desarrollado los 80 megavatios de potencia de biomasa "que duermen en los cajones de los despachos", que habrían supuesto la limpieza de 800.000 toneladas de leña al año o si hubiese más prados y cultivos en producción, que harían de cortafuegos.

    Agrega que, "sin embargo y para colmo del cinismo, desde la Xunta parecen olvidar que en el último año del periodo de inversiones de los Fondos Europeos de Desarrollo Rural, apenas se ha gastado la mitad y la otra mitad habrá que devolverla a Bruselas".

    Entre otros ejemplos, UUAA cita el caso de Francia, con un porcentaje del PIB de la agroalimentación superior al de la automoción, o de Alemania o Dinamarca, donde las cooperativas de ganaderos son propietarias hasta del 20 por ciento de los parques eólicos.

    Por el contrario -concluye- "en Galicia se hizo todo lo posible para que (ganaderos y agricultores) quedaran sin esta posibilidad de ingresos complementarios y estabilidad de renta, cuando en los montes gallegos hay instalada una potencia eólica equivalente a tres centrales nucleares".

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