La digitalización y robotización permite abordar la desaceleración mejorando, por un lado, la productividad y la eficiencia en los procesos, y por otro, generando valor añadido al consumidor, adecuándonos cada vez más a sus demandas y necesidades, según señala Es Andalucía.

Actualmente, se están dando tres revoluciones simultáneas que debemos impulsar: de la economía analógica a economía digital; de la economía basada en los activos tangibles a la basada en activos intangibles; y de la economía lineal a la circular.

En este sentido, Andalucía cuenta con el mayor número de explotaciones agrarias de nuestro país, 274.000 explotaciones (más del 27% del total de las explotaciones de España) con una superficie media de 18,3 hectáreas. De ellas, el 93,8% corresponden a un titular físico, mientras que el 6,2% corresponde a empresas. La edad media de los titulares físicos supera los 60 años. La dimensión económica de la explotación es de 23.700 € (frente a los 42.000€ de la media nacional), y de 151.000€ para las explotaciones andaluzas de las empresas (frente a los 271.200€ de la media nacional de personas jurídicas).

Fuente: Informe de caracterización del sector agrario español (MAPA). Año 2019

Estas cifras ponen de manifiesto ciertas barreras para la implantación de la digitalización y robotización de nuestras explotaciones, si bien es necesario, abordar estos asuntos de calado con la mayor agilidad posible. Concretamente, es importante facilitar el relevo generacional como uno de los principales retos del sector agrario andaluz, obstaculizado por la falta de atractivo de la agricultura (principalmente el nivel de renta para unas generaciones más jóvenes y con mayor nivel educativo), y la falta de incentivos para que los agricultores de mayor edad abandonen la actividad.

No cabe duda que el mayor nivel educativo de nuestros jóvenes y su interés por las tecnologías contribuye positivamente a mejorar la profesionalización y la calidad de vida rural, un claro ejemplo lo tenemos en las producciones de cultivos intensivos de nuestro litoral, que cuenta con una media de edad en torno a los 40 años.

Fuente: Informe de caracterización del sector agrario español (MAPA). Año 2019

Por otro lado, la menor dimensión de las explotaciones andaluzas, así como su dimensión económica, dificultan la rentabilidad de las inversiones en modernización, digitalización o robotización. De ahí la urgencia de articular políticas transversales que sitúen nuestra región como pionera en digitalización y robotización.

Fuente: Informe de caracterización del sector agrario español (MAPA). Año 2019

Por ello desde Es Andalucía a las administraciones un mayor esfuerzo en políticas que promuevan la inversión, formación, transferencia y divulgación del uso de nuevas tecnologías aplicadas tanto en nuestras explotaciones como en las industrias de la región, así como la creación de unas infraestructuras mínimas que permitan, no solo el desarrollo de la digitalización y robotización, sino también el retorno de nuevos profesionales al medio rural.

Es una realidad que las tecnologías emergentes ofrecen nuevas oportunidades en todos los sectores y cuentan con una velocidad de implantación cada vez mayor, por lo que debemos actuar con cierta anticipación para adaptarnos a estos cambios.

En este sentido, es importante contar con las cooperativas como instrumentos claves para el desarrollo y transferencia de las nuevas tecnologías que pueden permeabilizar a gran parte del sector agrícola y ganaderos de la región.

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