ACOR, Cobadu, Copiso o Agropal son algunas de la mayores cooperativas castellanoleonesas, todas ellas con más de 150 millones de facturación al año y gran importancia para el desarrollo rural, a las que se unen organizaciones de productores como Lacteoscoop (también opera como una cooperativa de segundo grado), la mayor del país, con socios en Cantabria y Cataluña, además de Castilla y León.

     Ha argumentado que es mucho más fácil cumplir los requisitos de constitución de una EAP a regiones uniprovinciales o con pocas provincias, que a Castilla y León, que tiene 9 y le resultaría complicado sumar socios en regiones a kilómetros de distancia.

Convertirse en EAP será más asumible para las cooperativas de segundo grado


      Por otra parte, los requisitos para ser consideradas EAP -con ayudas del próximo Programa nacional de Desarrollo Rural 2015-2020- serán más fácilmente asumibles para cooperativas de segundo grado (5 % de facturación y de socios deben proceder de fuera de Castilla y León) que para las de primer grado (10%) y, éstas últimas, son mayoría en la Comunidad, según ha añadido el director gerente.

     Más optimista se muestra Lozano ante la posibilidad de que puedan crearse Entidades Asociativas Prioritarias, pero de ámbito regional, después de que la Consejería de Agricultura aceptara incluir a propuesta de Urcacyl estas figuras en la Ley Agraria autonómica promulgada este mismo año, con ayudas públicas a cargo del próximo Programa de Desarrollo Rural (PDR) castellano-leonés.

     Actualmente se están desarrollando los reglamentos que establecerán los requisitos exigibles para crear EAPs en la región.

      Además, se permitirá que las cooperativas que no alcancen esta última meta, sí puedan en cambio emprender acuerdos de colaboración con aquéllas otras de Castilla y León para incentivar la concentración de la oferta de productos agrícolas o ganaderos en el territorio, ha concluido.

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