Han reclamado que se cuantifiquen también los daños causados en una explotación y no solo los enseres o productos sustraídos. Además, los agricultores han solicitado un incremento de la vigilancia y de las patrullas "tanto oficial como camufladas", así como que se "intensifiquen" los controles en los circuitos de venta de maquinaria de segunda mano o chatarrería, a los que van a parar objetos robados.

    Por otra parte, UPA ha pedido que se aplique en Madrid el sistema de "predenuncia" que están poniendo en marcha otras comunidades autónomas, por ejemplo en Andalucía, para animar al agricultor o ganadero a que denuncie esos daños, porque muchas veces las víctimas consideran que ir a una comisaría "no sirve para nada".

    En concreto, Anchuelo ha explicado que las organizaciones agrarias y la delegación del Gobierno en Andalucía llegaron a un acuerdo en ese sentido por el cual el productor que sea víctima de robo o hurto podrá acudir a la organización agraria y esta tramita la denuncia a través de un programa informático.

     El responsable de UPA-Madrid ha señalado que la delegación del Gobierno "es consciente del problema" por los robos en zonas rurales, pero los representantes de la organización agraria han salido "poco satisfechos por no ver medidas inmediatas".

Interlocutores con tres robos sufridos en quince días


     Anchuelo ha explicado que la delegación del Gobierno se ha comprometido a llamarles para una nueva reunión, con representantes de las Fuerzas de Seguridad, con vistas a abordar este asunto. Ha recalcado que "los robos continúan y la situación no puede continuar así". Como ejemplo, ha citado que entre los asistentes a la reunión había personas que han sufrido robos "tres veces en 15 días"

     El secretario general de UPA-Madrid ha denunciado que el aumento de este tipo de delitos o faltas es "grave y peligroso" desde el punto de vista de la seguridad alimentaria, porque se llevan hortalizas que estaban sometidas a tratamientos de plaguicidas y luego van al mercado ilegalmente antes de que pase el tiempo adecuado para su consumo, como ocurrió recientemente en Fuenlabrada.

O   tro riesgo, ha señalado, es el relativo a la seguridad vial pues se dan casos en que se arrancan las puertas metálicas de los cercados de las fincas ganaderas, con el consiguiente peligro de que los animales lleguen a las carreteras.

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