En cuanto a las 26 cultivadas en Francia, dos tenían endosulfan (un insecticida órgano-clorado prohibido en Europa desde 2005) y tres más sustancias activas permitidas en el país, pero no para el tratamiento de esas frutas.
Un 91,83% del total de las fresas analizadas tenían residuos de uno o varios pesticidas (estuvieran o no autorizados) y en un 71,42 % de los casos eran perturbadores endocrinos.
El estudio se ha realizado en colaboración con la Fundación Vivo Sano, de España, y con la Red Europea de Acción contra los Pesticidas PAN Europe.
El portavoz de la ONG, Francois Veillerette, indicó a Efe que van a comunicar sus resultados a los servicios antifraude franceses, con los números de lotes, para que puedan hacer un seguimiento de los productores presuntamente infractores.
"Vamos a dar el conjunto de los detalles" con la identificación de cada uno, advirtió Veillerette, que reiteró su llamamiento a los responsables sobre "la necesidad de tomar medidas inmediatas y fuertes para reducir la exposición de la población a los pesticidas" que son perturbadores endocrinos.
La asociación había elegido la fresa porque es una fruta consumida de forma común por niños y embarazadas, unos grupos "particularmente vulnerables" a esas sustancias para las que va a seguir haciendo presión con vistas a que sean prohibidas en Europa.