El equipo de Dinámica Fluvial e Hidrología de la UCO busca conocer las tendencias climáticas en zonas protegidas de montaña para generar estrategias de gestión de estos sistemas en un contexto de adaptación al cambio climático. Para ello, creará una nueva estación meteorológica recogerá datos climáticos e hidrológicos en la Subbética.
Las zonas de montaña son llamadas «torres de agua» porque, entre los servicios ecosistémicos que proveen, están la generación de escorrentía superficial y el aporte de recursos hídricos aguas abajo.
Según los estudios de tendencias y proyecciones climáticas, estas zonas montañosas son muy vulnerables al calentamiento global, por lo que es necesario reducir la incertidumbre asociada a las dinámicas de los procesos climático-hidrológicos y a los modelos de representación, pronóstico e impactos asociados, para conocer mejor los escenarios futuros y poder establecer estrategias de protección de estos ecosistemas.
Andalucía concentra un número muy elevado de este tipo de áreas de sierra protegidas, que son un laboratorio idóneo para conocer estas tendencias climáticas. En este contexto, el grupo de Dinámica Fluvial e Hidrología de la Unidad de Excelencia María de Maeztu – Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba (DAUCO) ha instalado una nueva estación meteorológica en el cercano Parque de la Sierra Subbética, bajo el paraguas del proyecto PY20_00178 «Tendencias hidrometeorológicas en zonas protegidas de montaña en Andalucía: ejemplos de co-desarrollo de servicios climáticos para estrategias de adaptación a cambio climático».
Con este proyecto, el equipo de investigación busca establecer un puente entre las diferentes fuentes de datos climático-hidrológicos disponibles y la información a escala local que el usuario final necesita para la gestión rutinaria de los parques de montaña, en el contexto de seguimiento y adaptación al cambio climático.
Durante el proyecto, se estudiarán las tendencias históricas en cinco sierras piloto (Cardeña-Montoro, Subbéticas, Sierra Nevada, Grazalema y Cazorla) representativas de los valores ambientales de las zonas de montaña, instalando nuevos sensores para la densidad de datos climáticos en las zonas donde es insuficiente.
Se persigue generar indicadores de servicios climáticos que sean útiles en la gestión sistemas como la dehesa, el monte mediterráneo, o la diversidad de pinares, que forman parte de la fisonomía del territorio y contribuyen a su desarrollo rural y económico.