El consejero de Agricultura y Ganadería de Castilla y León, Gerardo Dueñas, se ha comprometido a poner en marcha un paquete de ayudas para los ganaderos afectados por la EHE (Enfermedad Hemorrágica Epizoótica). En el transcurso del Consejo Agrario celebrado este martes 26, la Alianza UPA-COAG ha conseguido el compromiso del consejero, quien en su opinión «responde así favorablemente a las peticiones del sector», si bien ha explicado que las disponibilidades presupuestarias de la Consejería son muy exiguas, ya que este año también ha habido que asignar dinero para la crisis de la sequía, por lo que no ha puesto cifras al importe global de la nueva ayuda. Castilla y León se suma así a las dos Comunidades Autónomas que hasta ahora han anunciado ayudas para este fin, Cantabria y Aragón.
En este sentido, UPA-COAG considera que, ante la magnitud del problema, corresponde a la Junta en su conjunto corresponsabilizarse e implicarse en la financiación de las ayudas. «Fernández Mañueco tiene ante sí la oportunidad de plasmar en hechos concretos su compromiso con el sector agroganadero de Castilla y León, ese compromiso al que tan frecuentemente alude en sus discursos».
HA HABIDO 2.018 ANIMALES MUERTOS MÁS EN 2023 QUE EN EL AÑO PASADO. «ESTE DATO NO ACREDITA QUE TODAS LAS MUERTES SEAN DEBIDAS A LA EHE, PERO ES MUY SIGNIFICATIVO”
Según los datos presentados por la Dirección General de Producción Agrícola y Ganadera, la incidencia en los ganaderos afectados por la EHE es variable y está muy zonificada, llegando en las comarcas más afectadas a un porcentaje de entre el 10 y el 70 por ciento de animales con síntomas de la enfermedad. Los índices de mortalidad medios en estas zonas varían entre el 3 y el 5 por ciento.
Además, se han ofrecido datos comparativos entre las muertes oficialmente declaradas de la especie bovina en las mismas fechas de los años 2022 y 2023 (entre la semana 35 hasta el 25/09/2023 y el mismo periodo de 2022), diferencia que alcanza los 2.018 animales muertos más en 2023 que en el año pasado. «Este dato no acredita que todas las muertes sean debidas a la EHE, pero es muy significativo, porque el censo se mantiene en números similares y la variación de muertes entre un año y otro, en condiciones normales, no suele presentar una diferencia tan acusada como en el presente año. La circunstancia diferencial entre uno y otro periodo comparado es, precisamente, la EHE».
Cabe recordar que, según informó la Alianza UPA-COAG la semana pasada, «un ganadero pierde entre 900 y 1.500 euros cuando fallece una vaca; otros 400 euros cuando se produce un aborto; otros 10 euros diarios, aproximadamente, por cada res debido al tratamiento sanitario de prevención de la EHE (por ejemplo, una explotación con 50-60 animales puede tener unos gastos veterinarios, de tratamientos, desinsectantes, etc. superior a los 2.000 euros). Y añadamos a todo este panorama las restricciones de mercado y, sobre todo, los efectos a largo plazo que pueden tener los animales y, lo más preocupante, sobre las parideras. Todo ello hace totalmente necesarias las ayudas comprometidas, pues de lo contrario se pone en riesgo la viabilidad de cientos de explotaciones ganaderas de nuestra Comunidad».
Yo nos le daba ni agua.
Te huele mal el aliento hasta cuando escribes