EFE.- La muestra, instalada en el Centro de Educación Ambiental del Parque del Humedal, y que puede visitarse hasta finales de julio, centra la atención en los efectos que un fuego desencadena en el bosque, tanto para la fauna y la flora que lo habita, como para el bienestar de los municipios próximos.
Los incendios pueden destruir parajes únicos, con elementos naturales y culturales que se perderán para siempre, además de acelerar la desertización en la zona afectada porque favorecen que el agua y el viento arrastren la tierra fértil.
«Los bosques hacen más fácil la formación de las nubes. Si el bosque se quema, la sequía se extiende», resume uno de los paneles de la exposición.
Para los animales, el fuego se traduce en la posibilidad de perder su alimento, su refugio, verse obligados a huir o perder la vida.
«Cuando un bosque se quema, el humo contamina el aire y contribuye al cambio climático, además de destruirse cosas que ese entorno nos proporciona, como la madera y el oxígeno», concluye la nota.