Una empresa formada por investigadores y miembros de la universidad que se dedicará a la producción de algas autóctonas, las que habitualmente se encuentran en charcas, ríos, arroyos y en los suelos, para usarlas, en estado líquido, como biofertilizante en cultivos agrícolas como la cebada o el trigo, según ha explicado a Efe Jorge Miñón.
Además de preparar el suelo con las condiciones propicias para sembrar estas algas, AGRAE usará los residuos de la industria agroalimentaria y de la agricultura y la ganadería, como el suero del queso, los purines, o digestatos, para acelerar su crecimiento.
La metodología es sencilla, ha precisado Miñón: “una vez lograda una concentración óptima de algas, las cogemos y recubrimos con ellas las semillas de cebada o trigo que luego se siembran”.
En vez de echar biofertilizantes se recubren las semillas con las algas
Es decir, “en lugar de echar el biofertilizante en los cultivos, lo que sería muy costoso, se recubren las semillas antes de sembrarlas con el consiguiente ahorro económico”, ha puntualizado el investigador.
Pero hay más ventajas, porque además de conseguir un fertilizante ecológico y natural para que crezca el cereal, “las algas tienen la capacidad de fijar nitrógeno al suelo”, ha agregado.
Y para hacer redondo este proyecto, han comprobado que también se incrementa el índice productivo de cada semilla, porque “las semillas que tienen algas germinan mejor y se obtiene un mayor número de tallos por semilla y de granos por espiga”.
La otra línea del plan de empresa que prevé AGRAE es la producción de algas más filamentosas usando las depuradoras de aguas residuales.
En este caso las algas obtenidas durante el proceso de depuración del agua se utilizarán para elaborar piensos para alimentación del ganado.
Un pienso con un contenido proteínico superior a la soja, por ejemplo, que además se obtendrá de forma sostenible a partir de residuos líquidos. “Esto puede suponer además una reducción de costes muy importante para las explotaciones ganaderas”, ha apuntado Miñón.
Crear pequeñas depuradoras para que generen las algas
El objetivo de AGRAE es instalar pequeñas depuradoras, en juntas vecinales o industrias que generen residuo, llevar su mantenimiento, obtener las algas de los residuos, procesarlas y elaborar un pienso para alimentación animal.
Una respuesta para dar solución a los muchos problemas y retos que tiene el sector agrícola y ganadero, aprovechando todo el potencial de las algas autóctonas, un recurso al que hasta ahora no se le da ningún uso.
“Me he criado en un pueblo, conozco el sector agrícola, sus problemas y las necesidades que tiene. Por eso siempre he dirigido mis investigaciones con algas al sector agrícola, un recurso con muchas posibilidades”, ha concluido Miñón.