Las cooperativas agroalimentarias desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de las zonas rurales al generar riqueza y fijar población al territorio. De hecho, muchas de ellas, a través de los servicios que ofrecen, vertebran el día a día de los municipios donde se asientan. Ejemplo de ello son aquellas entidades que cuentan con estaciones de suministro de carburantes, siendo éstas el único punto de repostaje en varios kilómetros a la redonda.

Sin embargo, en noviembre de 2017, la entrada en vigor del Real Decreto 706/2017, de 7 de julio, por el que se aprueba la instrucción técnica complementaria (ITC) MI-IP 04 “instalaciones para suministro a vehículos” puso en entredicho el futuro de estas estaciones de servicio, al endurecer los requisitos a cumplir por parte de las cooperativas cuyas instalaciones no tienen personal para controlar o supervisar el repostaje.

Entre las novedades, la citada normativa obliga a las estaciones de suministro de carburantes desatendidas a tener un centro de control conectado a la estación de servicio, desde donde supervisar el proceso de suministro y que, a su vez, permita atender de modo remoto las incidencias y emergencias que puedan surgir. Dicho centro debe disponer de un circuito cerrado de televisión con grabación y transmisión de imágenes, así como de un sistema de monitorización para la recepción de alarmas y la supervisión de los principales equipos de la instalación.

Estas exigencias generaron una gran incertidumbre en las cooperativas que debían adaptar sus infraestructuras, debido a la indefinición inicial por parte del reglamento sobre las características del mencionado sistema y por el alto coste que supone implementarlo y gestionarlo a través de una empresa externa.

Por ello, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía entendió necesario desarrollar un programa específico y propio que permita a las cooperativas gestionar de forma directa el control de las instalaciones, sin necesidad de intermediarios, a través de estructuras de segundo grado y otras agrupaciones, a la vez que unifique el sistema utilizado en el sector.

Así surgió el proyecto ‘Apoyo, asesoramiento consultoría, tutorización y asistencia técnica para el desarrollo de un software de control de las estaciones de suministro de carburantes desatendidas’, financiado por la Consejería de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo, con cargo a la línea 4 de Innovación y Competitividad Empresarial, dentro del Programa de Apoyo a la Promoción y el Desarrollo de la Economía Social para el Empleo. La empresa a2c Soluciones ha sido la encargada de desarrollar la citada herramienta.

Funcionamiento

El software diseñado tiene dos funciones: la de control y la de comunicación. Por un lado, el sistema permite monitorizar las instalaciones y podrá ejercer, si así fuera necesario, como alarma de incendios o detectar fugas en el tanque de combustible. Además, ante una incidencia de carácter grave, el usuario podrá accionar el botón de emergencia, que paralizará la instalación de inmediato. Para que la supervisión sea completa, se ha planteado la integración de una red de cámaras que permita visualizar en tiempo real lo que sucede en el punto de repostaje de las estaciones de suministro de carburantes.

Por otro lado, este programa facilitará la comunicación entre el usuario y el centro del control a través de un interfono, “en el caso de que se necesite solicitar ayuda, transmitir instrucciones y atender las incidencias y emergencias que puedan surgir durante el repostaje”, explica el responsable del desarrollo del sistema, Joaquín Yagües.

Antes de proceder a la instalación de esta herramienta en las cooperativas, la federación realizará una prueba piloto en una estación de servicio para comprobar el funcionamiento. De esta forma, se detectará posibles problemas en el manejo y se comprobará si las funcionalidades cumplen con los requisitos que marca la ITC MI-IP 04.

Otras exigencias

La nueva instrucción técnica contempla otras exigencias. Por ejemplo, todas las arquetas de la instalación mecánica deben estar protegidas contra un acceso no autorizado a las bocas de tanque, conexiones de manguera, bombas y válvulas. Además, es obligatorio colocar un cartel, en un lugar visible, con las instrucciones suficientemente claras e inteligibles de funcionamiento, así como de un teléfono de atención 24 horas, a través del cual el cliente pueda recibir asistencia durante su repostaje.

Entre las medidas incorporadas al reglamento, una de las más polémicas –ya resueltas- fue la limitación del suministro a 75 litros por vehículo y 3 minutos máximos de repostaje. Tal restricción carece de sentido en un sector como el agropecuario, dado que los vehículos cuentan con depósitos mínimo de 200 litros, llegando incluso alcanzar los 700 litros en determinados casos. Además, como se defendió desde el sector cooperativo, muchos de estos vehículos precisan de cierta autonomía al trabajar en explotaciones afincadas en el medio rural, alejadas de puntos de suministro.

En Andalucía, más de un tercio de las cooperativas agroalimentarias tienen surtidores de gasóleo desatendidos. No obstante, las 229 entidades afectadas por estos cambios normativos han contado con el respaldo de los departamentos técnicos de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía para adaptar sus instalaciones y cumplir con los requisitos exigidos por el nuevo reglamento en un tiempo récord.

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