En total, 10.000 euros que contribuyeron a la colocación de una cámara de maduración de queso, así como de una sala para almacén, limpieza y etiquetado.
Este quesero inició su particular cosecha de premios en 1991 con la medalla de oro en Expoláctea. Recientemente, en 2010, y con un queso de oveja, obtenía la medalla de bronce en el World Cheese Awards, calificación que mejoró sensiblemente al año siguiente en el mismo certamen, al alzarse con la medalla de plata con otro queso de oveja. Ya en 2013, logró diploma con la categoría ‘Super Gold’ gracias a un queso elaborado a base de leche de vaca, que hubo de competir con otros 2.740 quesos procedentes de 30 países diferentes.
Para Martínez, "reconocimientos como éstos, que se suman a las medallas obtenidas por otros productores hace apenas unas semanas en el Great Taste, hacen justicia a la excelente materia prima que hay en esta tierra y a la profesionalidad de nuestros productores, que han situado a la industria agroalimentaria de esta región en el mapa europeo de la excelencia"
Una tradición familiar unida a la innovación
Gabriel Gómez Berges, impulsor de la quesería Gomber en 1990, es depositario de una larga tradición familiar en la elaboración de quesos artesanos que se remonta hasta su bisabuela, quien además de mantequilla producía quesos elaborados con leche de vaca. Fue su madre quien inició la diversificación al incorporar la producción con leche de oveja, utilizándose también al día de hoy la leche de cabra.
En la actualidad, con la etiqueta de esta quesería de Cabuérniga se comercializan quesos de leche de vaca, de oveja, de cabra y mezcla de cabra y oveja, que vienen a suponer una producción aproximada de 15.000 kilos anuales, el 80% de la cual lo constituye el queso curado de oveja. Para el abastecimiento de leche de oveja, además de la obtenida de su propio rebaño, Gabriel Gómez se sirve de la producida en Puentenansa por otro joven ganadero.