Situado en una pequeña localidad de las afueras de Toulouse, el estanquero llevó el caso a los tribunales al considerar que Esmokeclean, abierta hace tres meses en esa ciudad del sur de Francia, le hacía competencia desleal.

    Al considerar que el cigarrillo electrónico forma parte de los productos destinados a ser fumados, aunque no contenga tabaco, el estanquero pensaba que debían entrar en la esfera del monopolio público.

    Sus abogados señalaron ante el tribunal que la ley considera que entran dentro de este apartado todos los productos sustitutivos del tabaco.

    Mientras que las ventas de cigarrillos electrónicos crecen de forma importante y uno de cada cinco franceses afirmaba en un reciente sondeo que lo había probado, las de tabaco cayeron el año pasado un 4,9%.

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