Los agricultores europeos realizan un uso sostenible de los productos fitosanitarios. Es una de las conclusiones del informe elaborado por el Comité Económico y Social Europeo y coordinado por la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). La organización agraria ha realizado una evaluación de la Directiva europea 2009/128/EC, concluyendo que la utilización de estos productos para luchar contra las enfermedades de las plantas y garantizar la producción de alimentos es “razonable y sostenible”.

El director de Relaciones Internacionales de UPA y consejero del CESE, José Manuel Roche, ha sido el ponente de este documento informativo que ha analizado en detalle la aplicación de esta directiva en hasta cinco países de la UE: España, Irlanda, Suecia, Bulgaria y Croacia. “La directiva ha contribuido a que el uso de los fitosanitarios en Europa sea cada vez más lógico y adecuado”, ha señalado Roche.

El estudio del CESE ha concluido que la manipulación y el tratamiento con fitosanitarios en el campo ha vivido “avances significativos” desde 2009. Sin embargo, sigue habiendo cierta falta de conocimiento sobre las normativas que rigen su aplicación en los usuarios finales. El informe también concluye que hay que reforzar los sistemas de monitorización para analizar el cumplimiento de los objetivos de reducción de fitosanitarios.

POCAS Y CARAS ALTERNATIVAS

El estudio coordinado por UPA asegura que los agricultores se enfrentan a las presiones de producir más alimentos haciendo un uso cada vez menor de herramientas como los fitosanitarios, cuando las alternativas para hacer frente a problemas como las plagas son “escasas y caras”. El 81% de los agricultores encuestados por el CESE aseguran que sufren “presiones económicas” para usar los fitosanitarios e incrementar su rentabilidad.

Al mismo tiempo, los productores ven cómo se incrementan las importaciones a Europa de productos de terceros países “que no se caracterizan precisamente por hacer un uso sostenible de los fitosanitarios”. “El principio de reciprocidad en los acuerdos con otros países no se está cumpliendo”, asegura José Manuel Roche.

El CESE también insta a las instituciones europeas a crear un marco normativo armonizado. La Política Agraria Común, la Directiva de Uso Sostenible de Fitosanitarios, el Pacto Verde y la estrategia ‘De la Granja a la Mesa’ son normativas que afectan a los agricultores de forma directa y pueden hacerlo negativamente de no aplicarse “con lógica”.

“Todos queremos una Europa más limpia y sostenible, y los agricultores somos expertos en producir más con menos, pero es fundamental que se reconozca la dificultad de nuestro trabajo y la necesidad de garantizar unos precios justos para nuestros productos”, ha declarado José Manuel Roche. Producir alimentos es complejo, y el cambio climático lo complica aún más, por eso la sociedad debe saber que los fitosanitarios se usan con control y con seguridad. Aquí más que en ningún lugar del mundo”, concluyen desde UPA.

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