El Panel Internacional de Expertos en Sistemas Alimentarios Sostenibles (IPES-Food) pidió este viernes en un nuevo informe no aplicar medidas «cortas de miras» ante la crisis alimentaria surgida a raíz de la guerra en Ucrania, como la suspensión de las políticas verdes y los planes para hacer más sostenibles los procesos de producción agrarios.
Los expertos también se oponen al aumento de la producción industrial de alimentos y a promover «aún más» la agricultura dependiente de fertilizantes orientada a la exportación porque consideran que no resolverán los problemas alimentarios.
El estudio subraya que las propuestas de la estrategia «De la granja a la mesa«, con la que la Unión Europea busca una producción y un consumo alimentario más sostenibles mediante la reducción del uso de pesticidas o fertilizantes y el impulso de los cultivos orgánicos, se encuentran ahora «bajo amenaza».
En ese sentido, añade que en respuesta a la guerra en Ucrania y las peticiones de grupos de presión agrícolas, la Comisión Europea ha pospuesto sus propuestas legislativas sobre el uso de pesticidas y los objetivos de restauración de la naturaleza, además de permitir a los países cultivar alimentos en superficies de interés ecológico.
Resalta que «redoblar la apuesta» por la agricultura industrial en detrimento de las políticas verdes, «con su enorme dependencia de combustibles fósiles e insumos químicos, es una respuesta ilógica a una crisis que ha puesto al descubierto la dañina dependencia de Europa del petróleo, el gas y los fertilizantes rusos».
Los expertos advierten de que las “rigideces, debilidades y fallas subyacentes en los sistemas alimentarios mundiales están avivando las llamas del hambre mundial».
«Las fallas fundamentales, que han permitido que el conflicto de Ucrania se convirtiera en una verdadera crisis global de los precios de los alimentos, como la fuerte dependencia de las importaciones de alimentos y la excesiva especulación con las materias primas, no se corrigieron después de los picos previos de los precios de los alimentos entre 2007 y 2008», señala IPES-Food.
Así, pide «una reforma urgente de los sistemas alimentarios para evitar que un número creciente de personas sean vulnerables a la inseguridad alimentaria».