Agroinformación.-El profesor Jeroen van den Bergh, ganador del Premio Medio Ambiente del Institut de Estudis Catalans (IEC), deniega un crecimiento del PIB a cualquier precio, que aboga por crear una corte internacional, a modo de La Haya, contra el cambio climático.
Van den Bergh no cree sobre las iniciativas voluntarias para luchar contra el calentamiento, y defiende un organismo que se ajuste a empresas, consumidores y a aquellos productores que utilizan la energía de forma ineficaz.
"Es difícil llegar a un acuerdo de este tipo entre los países, pero no veo ningún sustituto posible", explica en una entrevista.
Para este experto, sobresale su contribución al ámbito de la economía ambiental y los recursos naturales, la crisis no es un aliado, como algunos apuntan, en la lucha contra el cambio climático: se generará menos CO2.
"Que el CO2 baje un 2 o 3% no es suficiente, necesitamos un cambio más fuerte. En España las emisiones pero el sistema no es tan simple, hay muchos factores indirectos y a largo plazo no sabemos cuáles serán las consecuencias de la crisis".
Autor de una veintena de artículos y una quincena de libros sobre la llamada economía ambiental, asegura que muchas decisiones económicas se adoptan sin tener en cuenta sus costes sociales ni medioambientales.
Para Bergh es fundamental conectar las ciencias que estudian la innovación tecnológica con la economía. En este sentido, remarca que sector público y administraciones deben ser más ambiciosos y apostar por aquellas tecnologías que aunque en la actualidad no resulten atractivas desde el punto de vista de la rentabilidad, lo puedan ser un futuro.
No se define como antinuclear, pero subraya que "no vale la pena" seguir el camino de esta energía porque requiere invertir "mucho dinero" que podría destinarse a la innovación en renovables.
Aunque rebate la idea de que la energía nuclear sea barata, fBergh tampoco es partidario de exagerar los riesgos, ni trasladar a Europa lo ocurrido en Fukushima, fruto de la concatenación de un terremoto y un tsunami.
De hecho, y a pesar de la repercusión de la catástrofe japonesa, que ha reabierto el frente antinuclear, este experto insiste que en Francia el presidente Sarkozy ya ha rebatido que esto vaya a cambiar el escenario "y que la centrales francesas son muy seguras".
Mientras que el paso histórico dado de la madera al carbón y luego al petróleo era práctico en lo económico, la apuesta por las renovables se basa -dice- sólo en cuestiones ambientales. "Los economistas se tienen que dar cuenta de que es un problema extremadamente difícil de resolver", argumenta.