Una investigación liderada por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha identificado aquellas características de las explotaciones bovinas con mayor riesgo de recurrencia y con más riesgo a la hora de volver a experimentar brotes de tuberculosis bovina en Castilla y León, señalando variables asociadas a ese mayor riesgo, como la localización de la explotación o un mayor censo de animales.
También determinan esa probabilidad el historial de positividad previo, los brotes más largos y severos, y un mayor número de introducciones de animales mediante movimientos, según resume la UCM en una nota.
La identificación de estas características está liderada por UCM con información de una década de brotes en la región, con la que se han medido servicios ecosistémicos como la biodiversidad y la fertilidad del suelo.
LAS EXPLOTACIONES CON BROTES RECURRENTES TENÍAN MÁS CENSO GANADERO, UN MAYOR NÚMERO DE CONTACTOS Y RECIBIERON MÁS ANIMALES DE OTRAS EXPLOTACIONES
De entre todas las explotaciones de ganado bovino afectadas por la tuberculosis durante el periodo estudiado en este trabajo (2010-2020) algunas sufrieron un solo brote mientras que otras se vieron afectadas por varios.
Según el estudio, publicado en Research in Veterinary Science, las explotaciones con brotes recurrentes se caracterizaron por tener un censo ganadero mayor que las afectadas una única vez y también mantuvieron un mayor número de contactos y recibieron un mayor número de animales de otras explotaciones.
Además, estuvieron localizadas en regiones específicas y habían experimentado brotes anteriores de gran duración y severidad (en términos de animales afectados).
Los investigadores afirman que la identificación de estas características asociadas a un mayor riesgo de recurrencia puede ser “de gran utilidad” para detectar de manera temprana explotaciones en las que la eliminación de la enfermedad pueda resultar más compleja.
Además de la UCM, en el trabajo participan las Consejerías de Sanidad y de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Los autores concluyen que los resultados obtenidos sobre el mayor riesgo de recurrencia aportan una información «de gran relevancia» para todos los sectores implicados en la sanidad animal, desde ganaderos y productores hasta los servicios veterinarios y autoridades competentes implicados en la vigilancia, control y erradicación de la tuberculosis bovina.
Lo que tienen que hacer un estudio es sobre el nivel de la veterinaria en general y de todos los dedicados a tratar la tuberculosis durante tantos años ( desde jefes,jefecitos y equipos veterinarios) con fracaso total.Señores sindicatos veterinarios,les puede el corporativismo,no hay POR DONDE DEFENDER ESTE TEMA.TIENEN RAZON LOS GANADEROS.
Si se hiciese un examen microscópico de todos los ganglios del animal positivo le aseguro que saldrían lesiones en alguno de ellos.
Le aseguro yo que no. En mí explotación salen «positivos» en campo desde hace 2 AÑOS (con pruebas cada 45 días) y de los 16 animales que han sido sacrificados y sometidos al cultivo de ganglios son NEGATIVOS TODOS. Y tengo los mismos resultados de los análisis que facilita la Conselleria.
La prueba, al menos en caprino, tiene un fallo superior al 90%, en el caso de mí explotación podría decir incluso que del 99,9%.
Eso es una falacia. La prueba tiene un fallo del 87% en bovino y superior al 90% en caprino. Se cesa en realizar los cultivos de ganglios y se trata de privar a los ganaderos que no estén atentos de los resultados de estos cultivos por la falta de eficiencia de las «pruebas de campo».
Si se hicieran más cultivos de los ganglios en busca de las lesiones (es decir, que los animales tuvieron, tienen o iban a tener las consecuencias de la tuberculina) se podría constatar de manera más fehaciente que las campañas de tuberculina, con sus respectivos funcionarios ejecutando la y las técnicas empleadas, son una puta patraña que nos cuesta a todosdinero, sufrimiento y la salud.
Para eso no hace falta un estudio, son evidencias