El Pais.- Pescanova culpó ayer de los siniestros sufridos en su planta en Portugal, que calculó que le costaron unos 70 millones, a “un defecto de construcción del sistema hidráulico de captación de agua del mar”. Añadió que ha demandado por daños y perjuicios a los que considera responsables del defecto de la obra. Además, Pescanova alega que los incidentes “se recogen en las cuentas e informes de gestión de los años 2011 y 2012, de Acuinova Portugal y fueron cuantificados en las mismas por sus auditores”. Pero lo cierto es que las cuentas de 2012 de dicha filial, donde se recoge la mayor parte del impacto (37 millones), ni siquiera han sido depositadas tampoco en el registro mercantil portugués.

En cuanto a las de 2011, a las que ha tenido acceso EL PAÍS, en realidad la empresa no dice nada en ellas sobre el accidente. Es el auditor el que lo nombra, ya que el silencio de Pescanova provocó que la compañía que revisaba los números pusiera objeciones a las cuentas, pues Acuinova se apuntó como indemnización 12 millones por las pérdidas solo en 2011 tras la muerte de parte de la producción de rodaballos, una cifra superior a la que admite la aseguradora.

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