Veníamos marcando que la caída de precios en el mercado de grano no tenía un sustento fundamental fuerte, y que la única forma de explicar esto era recurriendo al marco financiero convulsionado y la fuerte salida de fondos, lo que nos llevaba a vaticinar que una vez que se vieran medidas concretas de que la crisis se podría contener, los mercados de granos deberían recuperarse. Esta última semana eso ocurrió y los mercados mejoraron, pero también hay elementos fundamentales que van cambiando y que hacen que pensemos a futuro en techos de precio menores a los que nos imaginábamos hace algunos meses atrás.

Los principales elementos que se deben tener en cuenta en este mercado son los siguientes

· Clima financiero más distendido por señales de que Europa toma el toro por las astas: aprobación de la Troika a Grecia, ampliación y mayor margen de maniobra para el fondo de rescate Europeo y blindaje de bancos.

· Dudas sobre China por persistencia de la inflación y disminución del déficit comercial, sin embargo sigue siendo el gran factor dinámico del mercado de granos por el lado de la demanda

· La caída de precios calienta el mercado de maíz y el de subproductos oleaginosos no así el de poroto de soja y el de trigo

· También podemos asumir que el consumo en general habría aumentado por la caída de precios, con lo que deberíamos presenciar un rebote

· Los especuladores comienzan a retomar las compras de granos por la fuerte caída de precios y un panorama financiero más tranquilo

· Las lluvias llegan a tiempo para la siembra del maíz y para el trigo en el centro sur, pero el período seco va marcando que los climatólogos tienen razón en predecir un año complejo

· Los ROE de maíz siguen saliendo, pero no se refleja en mejoras de precio. El trigo muy atrasado frente al FAS teórico

· Poca venta de soja anticipada dejó pasar un gran momento de precios internacionales

Frente a este escenario, con el rebote de precios que vemos en soja, muchos se verán tentados a aprovechar los valores que no pudieron tener en su momento, así que seguramente ahora saldrán a vender en los niveles que dejaron pasar antes, e incluso a niveles menores. Este comportamiento es a todas luces correctos si no se había alcanzado el nivel de ventas del 30%.

Para los que sí lo habían hecho, las dudas que generan las noticias que empezamos a ver de China justifican acelerar un poco más las ventas y llegar hasta un 50%, por lo que también iríamos tomando algo más de ventas, especialmente si se aprovechó la baja reciente para la compra de CALL.

En el caso de maíz y trigo seguimos muy lejos de la paridad, la suba de Chicago no se copió localmente. Por eso volvemos a recomendar comprar PUT en Chicago para asegurar el precio internacional y si luego el mercado se cae, podremos tomarle ganancias a esos PUT y pasarnos al mercado local Argentino asegurando la entrega.

Para quienes quieran asegurar la entrega de maíz y trigo en cosecha nueva pero sin fijar precios la recomendación es recurrir a los negocios a fijar por soja, y habiendo convertido en soja esa producción usar el mercado local para cubrirse.

Otra posibilidad es pasarse a fijar por Chicago, pero aquí el limitante es que esto no asegura pisos, y que esa fijación no resulta tan atractiva en un momento como el actual donde la relación de precios internos y la paridad de exportación están muy lejos.

Clima financiero más distendido por señales de que Europa toma el toro por las astas: aprobación de la Troika a Grecia, ampliación y mayor margen de maniobra para el fondo de rescate Europeo y blindaje de bancos.
La crisis de la deuda Europea amenaza con generar una nueva salida masiva de fondos como la que se observó en el 2008 cuando se produjo la crisis de las hipotecas subprime, y el temor a un quiebre generalizado e bancos hizo que los inversores decidieran retirar su dinero de los fondos de inversión administrados justamente por bancos, y que se debieran reducir las posiciones compradas en el mercado de Chicago.

Recordemos que la punta del iceberg en este caso es Grecia. Este país es el caso testigo, que fruto de las dificultades para pagar su deuda está al borde del default. Más allá de las razones que llevaron a esta situación, lo cierto es que cuando esta situación se hace evidente, los inversores se fijan que países tienen una posición similar a la de Grecia, y encuentran a España e Italia, grandes motores de Europa también en una situación delicada.

En tanto el valor de los bonos soberanos de estos países cae, y hace que las valuaciones de las carteras de los bancos también baje, poniéndolos en riesgo de no poder cumplir con los requisitos mínimos de liquidez al haberse evaporado el valor de los activos (lo que los bancos tienen) frente a sus depósitos.

Dado que Grecia es parte de la Unión Europea y su moneda es el Euro, no puede recurrir a una devaluación, y en caso de necesitar una inyección de liquidez para sortear e problema, es el Banco Central Europeo el que debe tomar la decisión.

Pero la posición Europea respecto a la creación de liquidez es muy distinta a la de EEUU. En Europa se privilegia la estabilidad monetaria frente al crecimiento de la economía, ya que el flagelo de la inflación ha generado en el pasado problemas muy serios, especialmente en Alemania. Por otro lado dentro del Euro hay muchos países y el “riesgo moral” de salvar a aquellos países que no mantuvieron una política económica consistente es mucho mayor que el caso de los bancos privados. De allí que surgieran posiciones encontradas entre Alemania y Francia, las dos potencias Europeas más expuestas a una crisis financiera, por tener sus bancos locales gran parte de la deuda que podría entrar en default.

Esta situación que se viene arrastrando desde marzo, muestra las dificultades para la toma de decisiones en contexto de crisis en la zona Europea. De hecho esta fue la crítica que se le lanzó a Europa en la última reunión del G20. La lentitud en ponerse de acuerdo sobre si rescatar o no a Grecia y en qué términos llevó a que la crisis fuera mucho mayor.

Finalmente se acordó el salvataje, pero sujeto a condicionantes y metas muy exigentes de ajuste fiscal, que fueron muy duras de aprobar en Grecia, resistidas por la sociedad, y que por el parate que generó en la economía griega, aún con las reformas pedidas, la recaudación no se incrementó lo suficiente como para que se cumplieran las metas fijadas.

Esto volvió a poner en el tapete los condicionantes del salvataje y la posibilidad de que los tenedores privados de deuda debieran hacerse cargo también de una parte del rescate, aceptando una quita en el valor de sus tenencias. Hoy los analistas creen que esto es inevitable, y que en definitiva la quita podría ser de hasta 60%, con lo que el mercado ha ido digiriendo una reestructuración de deuda aún antes de que se declarara el default.

De hecho finalmente la Troika (la misión del FMI y la Unión Europea que monitorea el cumplimiento de los compromisos) terminó aprobando el otorgamiento del tramo de financiamiento para Grecia a pesar de que los números no se habían cumplido, pero diciendo que las medidas tomadas justificaban este accionar.

Otra medida positiva fue que finalmente se aprobó el aumento del presupuesto para el ente encargado de los salvatajes dentro de Europa y una ampliación de facultades, para actuar más rápidamente. El propio trámite de la aprobación de esta medida fue una muestra de que los tiempos del mercado no son los de las decisiones europeas. La medida se había propuesto en julio y hubo que esperar a octubre para que los 17 países miembros la aprobaran. El culebrón de esta semana fue la votación en Eslovaquia, donde hubo una cuestión política interna de sucesión presidencial.

El tercer elemento positivo fue el anuncio de que se recapitalizarán los bancos que se encuentren en problemas por la caída en el valor de los títulos públicos en cartera. Esto calma al mercado ante las novedades de que los test de estrés que se le aplican a estas entidades estaban dando mal, cuestión que llevó a la baja en la calificación de riesgo de varias entidades (que pasaría si hay un retiro masivo de depósito).

En resumidas cuentas estas tres novedades puntuales devolvieron la calma a los mercados financieros que se recuperaron y permitieron también un repunte en el mercado de granos.

El reporte del USDA vuelve a pegarle al maíz por el lado de stocks y consumo

Esta semana se publicó el reporte de Oferta y Demanda Mundial del USDA (WASDE). El foco estaba puesto en dos números que trajo ese reporte, el de producción y el de stocks para EEUU. En el caso del maíz, el dato sobre producción fue alcista, pero el de stocks negativo. En soja los datos resultaron positivos para los precios, mientras que en trigo fueron bajistas.

Como se puede ver, a pesar de que la producción de maíz bajó en 1,6 mill.tt., y estuvo 1,5 por debajo de lo esperado por los analistas, los datos de stocks nos mostraron un incremento de casi 5 mill.tt. respecto al informe previo, estando 1,8 mill.tt. por encima de lo esperado.

La razón de esto fue una mayor estimación de stocks al inicio, y un menor consumo proyectado. En cuanto a los mayores stocks iniciales esto era algo que ya se descontaba, porque se disponía del dato difundido a fines de septiembre con el cálculo de existencias al 1 de septiembre, fecha en la que se produce el corte de cosecha vieja a nueva.

Sin embargo, los valores bajaron entre 15% y 20% entre que se hizo ese relevamiento y fue publicado. Con tamaño recorte de precio lo que estamos presenciando es un renovado interés de parte de la demanda por mercadería.

La conclusión a la que podemos llegar es que los precios a los que habíamos llegado quizás son demasiado elevados y hacen que los compradores den un paso al costado, pero los que tuvimos a fines de septiembre son demasiado bajos para la relación entre demanda y oferta que tenemos.

En lo que hace a la soja tanto a producción como los stocks estuvieron por debajo del dato anterior así como de lo esperado por los analistas, lo cual resultó alcista para los precios. Esto marcó una dicotomía entre los cereales y la oleaginosa, y una corrección de los precios relativos, que beneficiaban claramente al maíz, y de hecho a nivel internacional siguen haciéndolo.

En cuanto al trigo hubo una noticia muy bajista para el mercado que fue un incremento importante de stocks no sólo en EEUU sino a nivel internacional.

La situación del trigo se generó por la fuerte vuelta de Europa del Este y Rusia a la producción, que ha sido mayor a lo que se esperaba reduciendo las exportaciones de países competidores y entonces generando un mayor stock como el que estamos viendo.

Dudas sobre China por persistencia de la inflación y disminución del déficit comercial, sin embargo sigue siendo el gran factor dinámico del mercado de granos por el lado de la demanda
China informó que la inflación en septiembre fue del 6,1% a pesar de haber adoptado medidas restrictivas en cuanto a controles de precio, aumento de tasas y de requisitos mínimos de liquidez, así como revaluación de su moneda, que aunque menor, en sintonía con las otras medidas debería haber generado una moderación del precio interno.

Por otro lado las exportaciones de China se están resintiendo. El superávit comercial fue el más bajo en seis meses, debido a menores compras por parte de Europa, el principal destino de las exportaciones del país oriental. Vemos aquí como en la práctica el problema financiero, pasa a un menor consumo, y finalmente termina repercutiendo en el país productor de los bienes que consumen los Europeos. La pregunta es si esto afecta el nivel de ingresos de China, al punto tal que podríamos ver una caída en el consumo de alimentos y ulteriormente una caída en las importaciones de maíz y soja, insumos para producirlos?

En primer lugar si esta situación es coyuntural, será absorbida por el circuito comercial, promediada en las compras y ventas de distintos sectores de la cadena y el impacto final en los granos sería menor.

En segundo lugar, supongamos que el efecto fuera más duradero, y por esto terminara realmente afectando hasta el último eslabón de la cadena. En ese caso, lo que debemos tener presente es que ante una caída en el ingreso, el consumo alimenticio es la última variable de ajuste. Sin embargo lo que sí es posible es que se ralentice el proceso paulatino de cambio de dietas que se está viendo en ese país de la mano del aumento en el PBI per cápita.

El otro componente responsable del aumento de la demanda de granos es el consumo para biocombustibles. Este consumo va de la mano de la demanda de gasolina y diesel. En este rubro si un traspié en el nivel de actividad e ingresos genera una caída en el consumo. De hecho el USDA ha ido ajustando a la baja el consumo de granos para biocombustibles reconociendo esto.

La caída de precios calienta el mercado de maíz y el de subproductos oleaginosos no así el de poroto de soja y el de trigo
La fuerte caída de precios en Octubre terminó generando una mayor oleada de compras de maíz, harina de soja y aceite de soja en el mercado internacional. Esto se debe a que los principales importadores ven en los valores una oportunidad de recomponer stocks a precios baratos respecto a los niveles que habíamos alcanzado.

Los indicios de esto lo tenemos por un lado por el ritmo de exportaciones semanales de EEUU que se ha acelerado, y por el otro por la mejora en las primas FOB pagadas por mercadería Argentina.

No se ha notado en los valores FOB de la soja Argentina un incremento sustancial, aunque si una leve mejora. Esto estaría relacionado con la presencia de Brasil en el mercado internacional, que fruto de la devaluación de su moneda logró absorber la caída de precios de Chicago y el productor en reales sigue recibiendo un muy buen valor, con lo que la mercadería fluye activamente desde ese país. Sin embargo recordemos que n o es suficiente sólo con Brasil, se necesita el aporte de EEUU y el de Argentina para que el mercado esté abastecido. EEUU está pasando por el pico de cosecha, por lo que asumimos que desde allí habrá oferta que se suma a la de Brasil, pero en Argentina la reticencia a vender de los productores deja al mercado sin uno de sus grandes oferentes.

En el caso del trigo la situación es totalmente otra, ya que el mercado está muy abastecido, y al recomponerse la oferta del mar negro este año, la disponibilidad de mercadería barata con una calidad aceptable, genera poco interés en los granos Argentinos, y que Brasil se muestre por ahora indiferente.

También podemos asumir que el consumo en general habría aumentado por la caída de precios, con lo que deberíamos presenciar un rebote
Parte del pesimismo que se generó en el mercado de granos se debió al reporte de stocks difundido a fin de septiembre por le USDA donde se encontró unas existencias muy abultadas de maíz. Esto fue recogido en los números de oferta y demanda mundial tanto en la forma de mayor existencia al inicio para la nueva campaña norteamericana, como por una caída en la estimación de consumo.

Sin embargo es necesario tener presente que para llegar a ese resultado fue necesario que los valores subieran a los máximos tocados en el año 2008. Con un nivel de precios sustancialmente menor como el que tenemos actualmente, el consumo se reactivaría y las existencias mermarían rápidamente.

Así como el nivel de precio alcanzado fue suficiente para limitar la demanda, el que tenemos ahora no lo es y generaría un mercado desequilibrado que terminaría perdiendo reservas fuertemente.

El componente de toma de ganancias especulativas, más pánico financiero y cierre de posiciones para compensar pérdidas en otros mercados menos agraciados nos puso en esta situación.

Los especuladores comienzan a retomar las compras de granos por la fuerte caída de precios y un panorama financiero más tranquilo
Como correlato del clima financiero enrarecido que veíamos al principio y por un proceso de toma de ganancias, los operadores especulativos estuvieron saliendo de sus posiciones activamente desde fines de septiembre. Sin embargo en la última semana los especuladores tradicionales han llegado a niveles de sobre compra mínimos, vendiendo más pausadamente, mientras que los fondos índice que se manejan con criterios de más largo plazo ligados a la inestabilidad monetaria, han vuelto a tomar posiciones.

Desde el punto de vista de los especuladores tradicionales, el mayor movimiento de compradores genuinos, junto con una caída muy fuerte desde los techos anteriores, y una posición comprada mínima, justifican una nueva apuesta a que la suba se reinicie. Recordemos que estos operadores basan su análisis en la oferta y demanda genuina de granos pero también en la actitud de los fondos índice que se han convertido en un factor más de mercado.

Los fondos índice habían comenzado a reducir más fuertemente sus tendencias para compensar las pérdidas que tenían en los demás mercados financieros. Por esto la caída en la soja fue más fuerte que en el caso de los otros productos financieros e incluso respecto de otros commodities.

Sin embargo, cuando los mercados comenzaron a repuntar o al menos a estabilizarse y los inversores se mostraron más confiados, las compras volvieron.

Muchos comparan este fenómeno con el del 2008, pero lo que vemos es que si bien es un fenómeno similar, se ha dado en una proporción y a un rimo menor que el de aquel año afectado por la crisis subprime en EEUU. Lo que siempre resulta difícil de dilucidar es si esto ya pasó o es sólo un alto en el camino.

Las lluvias llegan a tiempo para la siembra del maíz y para el trigo en el centro sur, pero el período seco va marcando que los climatólogos tienen razón en predecir un año complejo
Localmente hemos tenido esta última semana muy buenas lluvias prácticamente en toda la zona de siembra, incluyendo las regiones más postergadas por la humedad en el oeste. Esto trae tranquilidad, ya que se había generado una demora en la siembra de maíz importante (16 puntos respecto al año pasado) y también preocupación por el trigo.

En cuanto al trigo esto da un piso de 16 mill.tt. según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, mientras que para el maíz la cuestión es más compleja. Tengamos en cuenta aquí que ante un año niña la consigna era apuntar a una siembra temprana o a una bien tardía. Por ello quienes siembren maíz en los próximos días corren riesgo de que la floración, período crítico del maíz, llegue en el peor momento. Si eso es así nos encontraremos en problemas serios, ya que un maíz tardío rinde menos que uno sembrado en forma temprana (aunque nos manejamos en un entorno de fechas de siembra de primera).

Por esto podemos poner en duda las proyecciones de producción de maíz, ya que o bien cae el área, o bien el rinde no será el máximo potencial.

A este fenómeno tenemos que sumarle que con la caída de precio internacional, a pesar de que no se haya sentido tanto localmente porque al achicarse el descuento contra el FAS teórico esto absorbió gran parte de la caída de Chicago. Sin embargo recientemente el descuento se amplió nuevamente, y como nos vamos acercando a momentos más definitorios los planes de siembra comienzan a cambiar, restando superficie de maíz.

De todas formas el área crecerá y por tanto también la producción, f rente a rindes muy malos el año pasado. Esto hace que mantengamos una previsión de aumento de área pero que sea muy difícil estimar cuanto crecerá la producción.

Los ROE de maíz siguen saliendo, pero no se refleja en mejoras de precio. El trigo muy atrasado frente al FAS teórico
El tema más espinoso del mercado Argentino sigue siendo el maíz y el trigo y la intervención de los mercados por medio del complejo andamiaje de ROE VERDE y de subsidios a las distintas industrias. El resultado del mismo es que la capacidad teórica de pago sigue sin ser trasladada al productor.

Como allí se puede apreciar, más allá de que en el caso de soja disponible la exportación podría pagar algo más, lo cierto es que el mercado que se está moviendo en exportaciones no es el de poroto sino el de aceite y harina, que tienen una paridad inferior y es la que se está trasladando al productor.

En el caso de los valores a cosecha nueva tanto el sorgo como la soja que no tienen limitaciones en cuanto a exportaciones , ya que no afectan la mesa de los Argentinos, muestran un valor de mercado real muy parecido a la paridad. El problema sigue siendo el maíz y el trigo, donde en el disponible hay un diferencial de 70 a 60 U$S/tt, y en cosecha nueva de alrededor de 60 U$S/tt.

Aquí es interesante notar que ese diferencial se había achicado mucho en el caso del maíz durante la caída de precios en el exterior del último mes, pero que en el repunto reciente que se produjo al mejorar el panorama financiero, los valores no mejoraron, lo que marca que la exportación sigue con su política de comprar lo que puede en cada momento, manteniendo un precio máximo en el que dosifica las compras lentamente. En la medida en que con estas compras puntuales logre ir haciéndose de un tonelaje suficiente como para quedarse tranquila frente a las necesidades logísticas de la siguiente campaña, al menos para un arranque en cada mes, el mercado estará muy tranquilo. Sin embargo, en valores inferiores a los 170 U$S/tt el interés vendedor se desvanece.

Según la información de la SAGPyA al 5 de octubre la exportación se había asegurado la entrega de 2,2 mill.tt. de maíz contra 1,7 del año pasado a la misma fecha, por lo que vemos un avance similar, sobre todo teniendo en cuenta que la nueva campaña generará una mayor producción. Recordemos que el año pasado también tuvimos inicialmente un descuento muy importante que luego se fue achicando a medida que nos acercábamos a la trilla.

El mejor momento del año en cuanto a diferencial entre valor teórico y real del año pasado se dio ente fines de octubre y fines de marzo, por lo que todavía debemos esperar.

En el caso del trigo, ya deberíamos tener precios más ajustados, sin embargo vemos un diferencial enorme contra el FAS teórico. Esto se debería fundamentalmente a la falta de interés en terceros países (fuera del MERCOSUR) por trigo Argentino, ya que con el regreso de Europa del Este al mercado exportador, esos países están muy bien abastecidos.

Si tenemos en cuenta que la producción para este año excedería las 16 mill.tt., teniendo en cuenta un consumo interno de unas 6 mill.tt., quedarían 10 para la exportación de las cuales Brasil se llevaría unas 6 mill.tt. adicionales, con lo que tenemos un remanente extra MERCOSUR de 4 mill.tt. que dejan a Brasil muy tranquilo en el arranque del año.

Esta es la peor combinación para el productor Argentino. Usualmente en estas condiciones sin la restricción del ROE VERDE se hubiera recomendado guardar el trigo hasta que los exportadores colocaran el remanente para terceros países y esperar a que Brasil se pusiera nervioso y quisiera comprar su parte. Esto normalmente sucedía de julio en adelante. Pero con el sistema de ROE VERDE y la desesperación de los productores por colocar el trigo antes de que la exportación se retire, lo más probable es que para esa época los ROE VERDE se acaben.

Al momento hay pedidos de cosecha nueva unas 1,8 mill.tt. con una autorización hasta el momento para unas 3 mill.tt. por lo que seguimos en carreta. Las compras de la exportación al 5 de octubre eran de 1,2 mll.tt, dejando una posición neta “vendida” de la exportación de 600.000 tt.

En conclusión el panorama para el trigo es muy complicado.

Sin embargo, si tenemos en cuenta el enorme diferencial que tiene hoy la exportación respecto del FAS teórico vemos que hay espacio más que suficiente para que se baje el precio FOB, sin que el precio que se paga en el mercado interno deba verse afectado, es más podrían incluso converger cayendo el FOB pero subiendo el precio interno. La recomendación aquí sería seguir esperando.

Sin embargo habiéndose vuelto a ampliar el diferencial de exportación porque en el exterior los precios mejoran pero no en Argentina se vuelve a hacer interesante comprar PUT de maíz y trigo en Chicago para dejar pisos que cubran al menos el precio internacional

Poca venta de soja anticipada dejó pasar un gran momento de precios internacionales.
Si recordamos las recomendaciones que veníamos dando en soja, hablábamos de que sería recomendable vender un 30% de la producción. Con la caída posterior de precios recomendamos no ampliar ventas sino seguir poniendo pisos, aunque es bueno reconocerlo aceptando la venta de CALL poniendo techos para abaratar primas.

La realidad nos muestra que el productor promedio Argentino sólo tiene vendido un 12% de la producción esperada siendo conservadores en su determinación. Si calculamos una producción sojera de 50 mill.tt. para el año próximo (por debajo de las 53 mill.tt. teniendo presente que los rindes no sean tan buenos por la presencia de la Niña) y vemos que entre exportación e industria hay compras por 6 mill.tt. al 5 de Octubre, llegamos al 12% calculado antes.

La pregunta a porqué ocurre esto pasa porque como la situación de fondo no cambió y el mercado sigue teniendo fundamentos alcistas, sumado a que en general los valores han ido siempre en aumento y las ventas anticipadas quedaron muy por debajo de los valores de cosecha o posteriores, el productor es muy reacio a vender. No obstante no hay que dejar de ver que los precios aún con la caída de septiembre, y todavía más con la recuperación reciente, siguen estando en los niveles más altos de la serie, cercanos incluso a la banda mayor. Estamos a sólo 10% de los techos absolutos de este mercado, y las ventas no avanzan.

La falta de coberturas flexibles, esto es complementar las ventas con compras de CALL y lo no vendido con PUT, explica por qué se pretende encontrar el pico de la ola para vender a riesgo de terminar en un movimiento de toma de ganancias como el que vimos, generado por elementos totalmente imprevisibles por anticipado como son los coletazos de las crisis que estamos viviendo.

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