EFE.- En su testimonio durante el juicio iniciado hoy con jurado popular, el acusado, que en el momento de los hechos tenía 26 años y era miembro de Protección Civil de Casillas, ha reconocido la autoría de los incendios registrados los días 26 de julio, 29 de agosto y 5 de septiembre de 2009 en los términos municipales de Casillas y Sotillo de la Adrada (Ávila).
Según ha declarado, en aquellos momentos "estaba atravesando un mal momento, deprimido" por un desengaño amoroso, pero ha asegurado que su intención "no era quemar el monte".
En los tres incendios cuya autoría ha reconocido, según sus palabras, encendía un cigarro y tiraba la colilla al suelo sin apagarla, porque "no estaba bien y no sabía lo que hacía", pero ha señalado que en ningún caso utilizó el mechero para prender el fuego".
Diego Martín ha pedido perdón "por el daño causado al monte" y ha negado que provocara los incendios para darse importancia.
El Ministerio Fiscal pide para el acusado una pena de tres años de prisión y quince meses de multa a razón de cinco euros por día más una responsabilidad civil de 7.733 euros para el Ayuntamiento de Sotillo de la Adrada y 21.433 euros para la Junta de Castilla y León por un delito continuado de incendio forestal.
La Fiscalía considera que Diego Martín es el autor de cuatro incendios registrados en el verano de 2009 en los términos municipales de Casillas y Sotillo de la Adrada, en concreto, los días 26 y 31 de julio, el 29 de agosto y el 5 de septiembre.
El letrado de la Junta de Castilla y León, que interviene como acusación particular, ha pedido para el acusado una pena de cinco años de prisión y 18 meses de multa a razón de tres euros por día, así como una responsabilidad civil de 134.475 euros al Gobierno autonómico por un delito continuado de incendio forestal.
La acusación particular entiende que Diego Martín es autor de los ocho incendios forestales registrados en un mes y diez días, entre julio y septiembre de 2009, y todos ellos provocados en fin de semana en los términos municipales de Sotillo de la Adrada y Casillas.
La defensa, por su lado, ha subrayado que "Diego es una persona con capacidad infantil, cuya patología hace que no sea consciente de sus actos" y ha dejado claro que "la Guardia Civil se aprovechó de su buena fe, pero no hay ninguna prueba que le incrimine".
A lo largo de esta mañana han declarado siete guardias civiles que acudieron a los incendios y que han confirmado que las zonas afectadas eran arboladas, además de apuntar uno de ellos que el 29 de agosto de 2009, una pareja le comunicó que "había visto salir precipitadamente de la zona de un conato de incendio un vehículo todoterreno granate", similar al que habitualmente conduce el acusado.