La limpieza de la madera se ha centrado en los pinos quemados sin capacidad de rebrote, mientras que las tareas de corrección hidrológica se han dirigido a controlar la erosión del terreno a través de la colocación de barreras de piedras y de los residuos vegetales generados por el propio incendio.

   Ello permitirá la regeneración ecológica por rebrote de raíces y dispersión y enterramiento de semillas, según la referencia oficial de la Oficina del Portavoz del Gobierno.

   El incendio, originado el pasado 30 de agosto en el paraje de Sierra Negra, se propagó con gran velocidad y requirió la intervención de más de 30 aeronaves y cerca de un millar de profesionales.

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