La organización de productores lácteos Ulega, promovida en su día por el sindicato Unións Agrarias (UU.AA), ha anunciado la creación en el transcurso de un acto en Lugo para analizar la situación del mercado lácteo de «equipos de negociación por empresa» que se ocuparán de las conversaciones con cada una de las industrias del sector para fijar el precio de la leche en origen.

En declaraciones a los medios de comunicación, el secretario general de Unións Agrarias, Roberto García, precisó que hasta ahora se había seguido una estructura «más horizontal» en la propia organización de productores, con un único equipo negociador que se ocupaba de hablar del precio de la leche con todas las industrias del sector.

Habrá personas que no estén vinculadas directamente a las propias empresas para asumir «el papel de confrontación»

A partir de ahora, Ulega funcionará de forma diferente, con la elección de diferentes personas en cada provincia para constituir esos equipos, de forma que cada uno de ellos se ocupará de las negociaciones con una empresa determinada.

García aclaró que, además de ganaderos, se integrarán en esos equipos personas que no estén vinculadas directamente a las propias empresas, precisamente para asumir «el papel de confrontación» con la industria en el proceso de negociación, sin temor a posibles represalias por parte de la empresa.

En ese sentido, reconoció que no es lo más recomendable descansar todo el peso de la negociación con una industria en la espalda de aquellos ganaderos que le venden la leche a esa marca y, por lo tanto, que dependen de ella para garantizar el futuro de su propia explotación.

El portavoz sindical precisó que Ulega agrupa a 1.700 ganaderos gallegos y concentra una producción de 600 millones de litros, de forma que es la organización de productores más grande que hay en España.

El objetivo es fijar un «salario mínimo» para los productores con un «precio suelo» para la materia prima en origen

Sin embargo, también reconoció que, cinco años después de la constitución de las organizaciones de productores, que iban a ser una herramienta para «negociar en pie de igualdad» con la industria, no han cumplido su objetivo, porque «la industria se ha negado a sentarse» y, a falta de un mecanismo «coercitivo» por parte de la Administración, son «una herramienta teórica».

A partir del mes de agosto, espera que al menos Ulega se convierta en una «herramienta de negociación colectiva del precio de la leche», algo similar a lo que viene funcionando desde hace décadas en otras actividades económicas de nuestro país, para fijar un «salario mínimo» para los productores con un «precio suelo» para la materia prima en origen.

Para ello, precisó que habrá que apartar el «foco» del precio base, porque luego las industrias utilizan «la puerta de atrás» para añadir cláusulas que provocan descuentos en la factura de los productores, y hacerle entender a la Administración que no basta con redactar y aprobar una ley, porque también son necesarios mecanismos que aseguren su cumplimiento.

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