Un estudio elaborado por La Unió de Llauradors revela que la Comisión Europea (CE) notificó en 2021, mediante el sistema de alerta rápida, un total de 428 sobre frutas y hortalizas de Turquía por presencia de restos de plaguicidas prohibidos, entre ellos el Metil-clorpirifos y clorpirifos, o pesticidas que superaban los límites máximos de residuos permitidos en el mercado comunitario.

Según datos difundidos por la organización agraria, un total de 173 alertas por restos de plaguicidas correspondieron a cítricos y 164 fueron por la presencia de metil clorpirifos o clorpirifos procedentes de las importaciones de frutas y hortalizas de Turquía.

Egipto por su parte recibió 62 notificaciones de alertas sanitarias oficiales europeas en el año 2021, de las que 39 fueron de cítricos y 42 se detectaron con los dos plaguicidas prohibidos.

CON LA SUBIDA DE LAS ALERTAS SE DESPRENDE QUE LA UNIÓN EUROPEA NO REALIZA CONTROLES EXHAUSTIVOS A LAS IMPORTACIONES

Turquía y Egipto continúan así su escalada alcista y los datos de 2021 suponen un aumento de las alertas de productos del primer país de un 57% y del 343 % de las del segundo, sobre las del año 2020.

Un historial de las auditorías recientes de la CE, según La Unió, revela que desde 1998 a Egipto no se le ha hecho ningún control específico en cítricos y desde 2011 ninguno relacionado con productos agrícolas.

A Turquía no se le realizan auditorías por plaguicidas desde hace más de dos años. Con los datos en la mano y la subida de las alertas se desprende que la Unión Europea no realiza controles exhaustivos a las importaciones, según la organización agraria.

La Unió cree que la recién estrenada presidencia de la UE por parte de Francia debe servir para avanzar en la reciprocidad, pues se ha fijado como prioridad asegurar que los productos agrícolas importados respeten los mismos estándares que los europeos.

“Es el momento de que España y Francia, dos potencias agrícolas europeas, unan fuerzas junto a otros países de la Unión Europea, para evitar la competencia desleal y equiparar los estándares de producción para los productos importados con los nuestros. Hay que hacer un esfuerzo para transformar esa intención en realidad y los estados miembros deben de aplicar esa reducción de pesticidas de su estrategia De la granja a la mesa lo más pronto posible a los productos importados, en aras a la seguridad alimentaria y la sostenibilidad”, asegura Carles Peris, secretario general de LA UNIÓ.

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