Fernando Gutiérrez / Ganadero de vacuno de Quintana del Puente
La tristeza se nota en el sector ganadero cuando finalizamos 2019. Los ganaderos no podemos evitar esta sensación de pena debido a los constantes y gratuitos ataques que sufrimos por parte de una sociedad cada vez más influenciada por un sector supuestamente ecologista pero que no responde más que a un nuevo modelo de negocio, pues no es la ecología ni la razón lo que rige dichos ataques. Hoy en día queda muy “cool” culpar a los ganaderos de todos los males mientras señores que viajan en jet privado y que como profesión tienen quemar neumáticos y gasolina se llenan sus bocas en decir que lo animal está destruyendo el planeta. Todo sea por promocionar su negocio.
Pero esa sensación de tristeza se agrava por la indefensión del sector ganadero por parte de las Administraciones pues de ellas depende el control del cumplimiento de las estrictas normativas europeas y nacionales en cuanto a salud pública, medio ambiente, sanidad y bienestar animal.
Cuando se acusa a la carne roja de ser posible causa de cáncer nuestro Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social no tiene a bien explicar a la sociedad que pueden estar absolutamente tranquilos porque todos los productos de origen animal están sometidos a estrictos controles que garantizan la salud del consumidor y que un gran plantel de veterinarios y médicos se encarga de velar porque la “estricta” normativa se cumpla y así defender a un sector que produce alimentos con total garantía.
Cuando los informativos nacionales se inician con titulares diciendo que hay que dejar de comer hamburguesas para salvar el planeta nuestra ministra para la Transición Ecológica no tiene a bien trasladar a los ciudadanos en general que la normativa europea en temas medio ambientales es mucho más estricta que en el resto del planeta, que una legión de inspectores, agentes medio ambientales, guardias civiles del SEPRONA y múltiples funcionarios se encargan de velar que se cumpla imponiendo sanciones ejemplares a quien la incumple y dejar claro que sí cumplimos la normativa que se nos pide. ¿Por qué culpar al sector ganadero? Señores ministros, consejeros, políticos en general, tranquilicen a la sociedad y no permitan que se culpe a un sector por cumplir en plenitud la normativa vigente.
Y por último, se culpa al sector de maltrato animal. Al igual que con el medio ambiente, la normativa europea de bienestar animal es infinitamente más estricta que ninguna otra en el mundo y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente –ni se molestan en que aparezcamos en el nombre- es el encargado de que se cumpla y también debería encargarse de defender un sector que depende directamente de él, poner en valor el buen hacer de los ganaderos junto con el sector veterinario, que es quien hace cumplir y desarrolla rutinas para el perfecto cuidado de los animales, animales que son el centro de vida para los ganaderos, que los cuidan como si fueran parte de su familia.
En resumen, junto a la tristeza y a una sensación de congoja y desesperación los ganaderos nos sentimos tremendamente desamparados por los respectivos ministros, consejeros y políticos con cierta responsabilidad agraria. Debemos dar un golpe en la mesa para defender a unas personas cuya única culpa es ser ganaderos o, lo que es lo mismo, productores de alimentos de máxima calidad.
Por tanto, señores políticos, cumplan con su responsabilidad y cuenten la verdad a la sociedad. Digan que los ganaderos cumplimos estrictamente la normativa más garantista del mundo y que una legión de funcionarios se encargan de verificar que lo hacemos correctamente. Digan que la ganadería está siendo agredida gratuitamente y posiciónense de nuestro lado de una vez porque recuerden lo que les digo: nos echarán de menos cuando no estemos.
Lo que no es ecológico es hacer comer a todos los animales soja y maíz transgénicos ni inflarlos a vacunas, que a veces perjudican o matan a los animales ni inflarlos a antibióticos y medicinas. ESO NO ES ECOLÓGICO. Vivíamos mucho mejor cuando no había tantas multinacionales farmaceúticas, ni químicas, ni tantos veterinarios controlándolo todo (y de qué manera….). Todo son obligaciones, todo son controles, todo son papeleos, todo son pagos, todo es control de precios ruinosos para el ganadero, todo son injusticias cuando les matan los ganados con las medicinas y todo son tóxicos que comemos en las carnes llenas de transgénicos, antibióticos, vacunas y mierdas varias que llevan de adyuvantes……. LOS ANIMALES FELICES Y SANOS SON LOS QUE VIVEN SUELTOS EN EL CAMPO SIN MANIPULACIONES HUMANAS.
https://www.hoy.es/20090303/mas-actualidad/campo/asaja-preve-ovejas-mueran-200903031201.html
https://www.hoy.es/extremadura/201507/05/muertes-extranas-finca-20150705002641-v.html
Vaya manipulaciones publicáis. La agricultura y la ganadería son y serán defendidas por el ecologismo (defensa que es innecesaria porque hablamos de actividades esenciales para la humanidad). Lo único que se pide es dejar de promover modelos injustos socialmente, dañinos ambientalmente y por lo tanto inviables también económicamente.
Modelos de producción y comercio alimentario que en cuarenta años de ptomoción y subvenciones billonarias no han conseguido eliminar el hambre, alimentar equilibradamente a nuestra población, mantener suelos productivos sanos y aguas limpias ni que los profesionales puedan vivir dignamente de su trabajo. Ninguna de esas hipotecas es debida a las organizaciones ecologistas.
No hay peor ciego que quien no quiere ver, pero el sistema precisa urgentemente cambios hacia un modelo viable en todos los sentidos.
Pero lo más sorprendente es que no hubiera un espacio en este artículo para denunciar los acuerdos con terceros países para inundar nuestro mercado con alimentos producidos con métodos prohibidos aquí ni del poder omnímodo de la gran distribución y los cárteles que se enriquecen a costa del productor. Reflexionemos un poco.