En su escrito de acusación, el ministerio fiscal sostiene que los tres acusados, "puestos de previo y común acuerdo y obrando con ánimo de ilícito enriquecimiento, añadieron agua a la leche recogida y transportada", para "aumentar su volumen y, en consecuencia, la remuneración obtenida por su venta".
    
     El fiscal sostiene que esa maniobra de los acusados "se mantuvo en el tiempo durante varios meses", hasta que "la empresa sospechó" de que "no se trataba de un hecho accidental o aislado y se verificó el fraude mediante las pruebas y analíticas oportunas".

     El ministerio público recuerda que "al añadir agua a la leche disminuye su contenido de materia grasa", necesaria para "la producción de quesos y otros derivados", por lo que la empresa no "sólo sufrió el quebranto económico de pagar por más litros de leche de los realmente producidos, sino también el ocasionado por la baja calidad de la leche".

Perjuicio para otros ganaderos al perder materia grasa


     "La merma en la calidad afectaba a la totalidad de la leche" recogida por la cisterna del acusado, que transportaba cada día entre 8.000 y 10.000 litros, por lo que las pérdidas ocasionadas por esta supuesta estafa fueron estimadas en 180.000 euros, una cantidad que la empresa perjudicada reclama.

      Los tres imputados han sido acusados por un delito continuado de estafa y el fiscal pide para cada uno de ellos una pena de cuatro años de prisión.

(Foto: Recurso)

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