Entre sus participantes se encuentran instituciones profesionales y de investigación que han puesto sus instalaciones a disposición del proyecto como la Asociación Europea de la Industria de Biomasa, con sede en Bruselas, la Asociación de Ciudades y Regiones para el Reciclaje y Gestión Sostenible de los Recursos o la Universidad Técnica de Dinamarca.
Ingelia, por su parte, aportará sus instalaciones de Nàquera (Valencia) –donde ya procesa para la producción final de restos de jardinería de este municipio y de Bétera– para tratar cinco tipos de biomasa húmeda residual y obtener de ellos biocarbón.
El sistema HTC permite superar la principal barrera hasta ahora existente para el aprovechamiento energético de la materia orgánica, la necesidad de que ésta esté seca. La tecnología implementada podría permitir, en casos como el valenciano, valorizar y transformar en biocarbón, con independencia de su grado de humedad, residuos agrícolas.
Combustible cien por cien ecológico
Las pruebas ya realizadas han demostrado que el biocarbón resultante de tal proceso puede ser usado como un competitivo y eficiente combustible ‘ecológico’, como carbones activados para el tratamiento de aguas, para la regeneración del suelo o como secuestrador de carbono amén de otras utilidades industriales que ahora se tratarán de contrastar.
Se estima que sólo en la Comunitat Valenciana se generan cada año más de 780.000 toneladas de residuos procedentes de las podas de los cítricos, 260.000 toneladas del olivar, 220.000 de las vides o 70.000 de la paja surgida tras la siega del arroz. Residuos que comúnmente son o eran (como en el caso del grano) quemados y que, además de generar problemas medioambientales ligados a la emisión de CO2, suelen ser origen constante de incendios.
(Foto: Archivo www.compostandociencia.com)