No sé muy bien si es que hay quien siempre está al quite o si hay quien sabe sacar provecho de cualquier situación, aunque sea desagradable. En las provincias de Málaga y Cádiz se han vivido recientemente unas situaciones dramáticas por culpa de una fuerte tormenta de lluvia, que no sólo por la muerte de dos personas, sino gravísimos daños en infraestructuras pero también en las producciones agrícolas.
Y mientras que agricultores y ganaderos están a la espera de que se haga balance y se determinen las ayudas (que hasta ahora son sólo de promesa, ya que nadie ha avanzado ni un euro), aparece Unicaja Banco y anuncia que destinará una línea de financiación específica por importe de 50 millones de euros en condiciones preferentes para apoyar a los afectados por los daños causados por las inundaciones del pasado fin de semana.
Esta financiación busca ayudar en la rehabilitación, reconstrucción y reparación de activos productivos, vehículos, naves industriales, locales comerciales, explotaciones agrarias e inmuebles afectados, según ha informado Unicaja en un comunicado.
La línea de financiación pretende facilitar el anticipo del cobro de las indemnizaciones por parte de las compañías aseguradoras a los afectados, quienes podrán solicitar estos productos preferentes en cualquier oficina de Unicaja Banco de Málaga y Cádiz.
No cabe duda de que toda esta iniciativa será una ayuda a los afectados, pero también un negocio para el Banco. Quizás, parafraseando el refrán, a tormenta revuelta, ganancia de banqueros.