No hay problema en el mundo que lo pague el campo español. Si se pelean Rusia y Ucrania, llega el veto ruso. Si Sudafrica y Argentina se pelean por el precio del limón, cae en España un 55% en quince días. Que la pandemia afecta a la venta de automóviles, se hueden los precios de la lana. Los intermediarios de la lana, que compran habitualmente este producto a los ganaderos de ovino, están ofreciendo una cantidad que oscila entre 5 céntimos y nada, por llevarse la lana a su almacenes o lavaderos, cuando el año pasado por estas mismas fechas el precio era de 40 céntimos el kilo. Los intermediarios en Castilla y Leon, aluden que los mercados tradicionales (China, Portugal, Cataluña…) dónde han vendido la lana habitualmente están ahora cerrados. Y ofrecen una solución a los ganaderos: recoger la lana gratis y pagarla cuando se reactive el mercado. Y ofrecen 5 céntimos por kilo, o sea, ocho veces menos que el precio de otros años.
Los ganaderos, según señala COAG CyL, no quieren regalar la lana o venderla a los precios que ofrecen los compradores porque «saben, como pasó con los lechazos, que cuando el mercado se normalice o experimente cierta recuperación, los precios subirán y serán los intermediarios quienes reciban los beneficios sin acordarse de los ganaderos. Además, saben que por ejemplo, la exportación a China comienza a abrirse sin que ello tenga la repercusión en los precios que debería tener».
Y tienen ya experiencia en este sentido. Ha habido años en que los precios estaban completamente hundidos. Los intermediarios han llenado sus naves de lana pagando muy poco y cuando los precios se han recuperado, no han vuelto a acordarse de los ganaderos.
La lana producida en Castilla y León, según calculan los ganaderos, puede generar cada año una factura de 1,5 millones de euros y se utiliza, principalmente, para la confección de la parte textil de los automóviles: asientos, aislamientos acústicos, etcétera. Como el coronavirus ha paralizado también la fabricación de vehículos en todo el mundo, el mercado se ha desplomado. Normalmente, este complemento que recibían por la lana, era utilizado por los ganaderos para abonar el esquileo pero este año no podrá ser. Además, los costes de esta actividad tan exclusiva han subido porque han podido entrar en España la mitad de los esquiladores que entran un año normal, dado el cierre de fronteras impuesto por la pandemia..