Ante la publicación de la nueva norma de calidad de la aceituna de mesa, en la que el Ministerio de Agricultura «ha hecho oídos sordos» a las peticiones del sector, COAG Andalucía ha enviado una carta conjunta con las otras organizaciones agrarias para mostrar su malestar porque finalmente el texto no obliga a incluir la variedad de la aceituna en el etiquetado.
De este modo, consideran que el Mapamano ha atendido la petición unánime de los productores de la aceituna de mesa, quienes le habían trasladado que España, como líder mundial del sector de aceituna de mesa, debía ir por delante de sus competidores, indicando la variedad en el etiquetado, para que esto se armonizara también como una normativa común dentro de la UE. “Con ello se ganaría transparencia e información a los consumidores, fomento de la calidad y valoración del producto, facilitando un mejor conocimiento del mismo y mayor prestigio para nuestras aceitunas”, dice la carta.
Un etiquetado con el origen de la aceituna ayudarái a frenar la importación, que ha subido ya un 338% este año
Asimismo, el sector defiende que incluir la variedad del producto envasado es también una forma de combatir el palpable incremento de las importaciones de variedades de aceituna similar a las nuestras, que se aprovechan de la imagen y prestigio jugando a la confusión, y que provocan además una bajada de los precios.
COAG ya ha denunciado que en los últimos meses se ha producido un importante incremento de las importaciones de aceitunas similares a la manzanilla, procedentes mayoritariamente de Egipto, llegando a superar las 1,7 toneladas en seis meses. Este dato significa un 338% más de producto. Lo mismo ha ocurrido con variedades semejantes a la gordal y de dudosa trazabilidad en el mercado, y está pasando ya incluso con la hojiblanca, a pesar de que esta variedad cuenta con stock suficiente, por lo que no cabe argumentar que hay desabastecimiento de producto.
Esta organización también rechaza que el nuevo reglamento haya rebajado las exigencias de las distintas categorías de calidad. «Esta medida va en contra de la defensa de un producto excelente y en contra del gran trabajo que ha realizado por el sector para buscar la máxima calidad. Creemos que no tiene justificación y no entendemos qué objetivo persigue», señala.