MARM.-Teresa Ribera ha destacado que Europa tiene que liderar la conservación de la biodiversidad, apostando por una versión más ambiciosa de la Estrategia
La Secretaria de Estado de Cambio Climático ha señalado que la biodiversidad y su integración en las decisiones políticas y económicas, se hacen indispensables en la transición hacia una economía verde y sostenible.
La secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, ha encabezado la delegación española en el Consejo de Medio Ambiente organizado bajo la Presidencia europea de Hungría en la ciudad de Luxemburgo.
La Presidencia húngara ha presentado un texto de conclusiones en el que se ofrece un importante respaldo a la Estrategia de Biodiversidad para la Unión Europea aprobada por la Comisión.
La Secretaria de Estado durante su intervención ha defendido que la Unión Europea apoye una aplicación ambiciosa de la Estrategia, sumando a los diferentes colectivos en la tarea de proteger nuestra diversidad biológica. Ha destacado además, la importancia de integrar adecuadamente los pilares de sostenibilidad social y económica y el esfuerzo que debemos hacer para integrar de forma coherente este objetivo en los demás objetivos estratégicos de la Unión a 2020, presididos por la voluntad de construir una economía eficiente en el uso de los recursos, competitiva y socialmente justa.
Ha recordado además que España es uno de los países con mayor diversidad biológica de la Unión Europea, por lo que tenemos una especial responsabilidad respecto a la conservación de la biodiversidad y de los ecosistemas, traducido en un importante esfuerzo financiero de nuestro país y en la identificación de esta tarea como una de las prioridades más destacadas de la acción de gobierno.
Los Ministros también han debatido la Hoja de Ruta para una Economía baja en Carbono con el horizonte 2050 presentada por la Comisión, donde se identifica la senda más eficiente para alcanzar una reducción del 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero en dicho año con respecto a las emisiones de 1990. España ha recordado su respaldo a que la Unión Europea amplíe de manera unilateral su nivel de ambición y ha señalado que esto contribuirá, no sólo a cubrir la brecha que existe a nivel global para lograr el objetivo ambiental, sino a promover una transformación más temprana y coste-eficiente del modelo productivo de la UE, situando a las empresas europeas en posiciones más competitivas a medio plazo y generando nuevos nichos de actividad económica y generación de empleo. Igualmente España ha destacado el importante papel de los mercados de carbono internacionales de CO2. A pesar del amplio respaldo recibido, la oposición de un estado miembro no ha hecho posible la adopción de la propuesta de conclusiones.
Por último, cabe destacar que el Consejo ha tratado la protección de los recursos hídricos y la gestión sostenible integral del agua en la UE. Sobre este último punto, la Secretaria de Estado destacó la necesidad de integrar la gestión de agua también en otras políticas sectoriales europeas como la energética, la biodiversidad o la protección de los ecosistemas acuáticos.