Andalucía es la comunidad autónoma con más superficie en regadío (1,036 millones de ha) y la que más hectáreas tiene de riego localizado (764.029 ha); Aragón es la que cuenta con más riego por gravedad (200.444 ha) y Castilla y León con más por aspersión (123.902 ha) y de tipo automotriz (123.687 ha).

    De los 3,54 millones de hectáreas en regadío, el 28,05% se dedican al cultivo de cereales; el 20,88% a olivar; el 9,66% a viñedo; el 8,01 % a cítricos; el 7,37 % a frutales no cítricos; el 7,18% a cultivos forrajeros; el 5,78 % a cultivos industriales; el
2,28 a barbechos y el 1,89% a otras superficies de cultivo.
      
    Los tubérculos en regadío supusieron el 1,25 % de la superficie agrícola regada en 2013, frente al 1,04 % que representaron los invernaderos, el 0,44 % de las leguminosas, el 0,43 % de los viveros y el 0,04 % de otros cultivos leñosos.
      
    Según el Magrama, la gravedad es el sistema de riego más utilizado para cereales y forrajeras, mientras que el olivar, viñedo, frutales, cítricos y no cítricos se riegan casi exclusivamente por localizado, un sistema que también predomina en
hortalizas.

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