Eladio Aniorte Aparicio / Presidente de ASAJA Alicante – Jóvenes Agricultores

 La uva de mesa, la alcachofa, el brócoli, la patata, la cebolla, la lechuga, la fruta de hueso, la aceituna, el aceite, la naranja… todos los agricultores de estos cultivos han vendido este año su cosecha por debajo de los costes de producción. Era eso, o dejar los frutos sin recoger, opción esta última elegida por muchos. De hecho, hace pocos días veíamos el arranque con motosierras de una parcela de 10.000 parras con 100.000 kilos de uva en Novelda; o la reducción a leña de 15 hectáreas de frutales en Bacarot… una estampa cuyo trasfondo sobrepasa la desaparición de una simple explotación agraria. La realidad es que se está acabando con generaciones de trabajo, con la tradición de un cultivo que ya no se volverá a recuperar. Cultivos que mantienen los pueblos de nuestras provincias y que si desaparecen generarán más despoblación, más España Vaciada, sí, eso de lo que tanto hablan nuestros políticos y de lo que son culpables directos.

La venta a pérdidas se ha convertido en el principal factor del descalabro del sector. La sociedad tiene que saber que los costes que estamos teniendo son de febrero del 2020 y los precios de hace 20 años y que tenemos un problema de precios, pero también tenemos un problema de costos. Mucha gente me pregunta, ¿Por qué ahora las movilizaciones del campo? Es sencillo. Estamos ante la tormenta perfecta, en la que venimos arrastrando situaciones complicadas, pero la puntilla fue a finales del 2019, cuando la renta agraria cayó casi un 9% y con esta situación de caída en cascada de precios el Gobierno aprobó un Salario Mínimo Interprofesional que se incrementa un 34%, cuando los precios han bajado un 10%. Y que conste que aquí nadie se niega a pagar más o mejores salarios, pero para yo pagar más tengo que tener beneficios justos. Todo esto, unido a situaciones como las sanciones y aranceles interpuestos con Estados Unidos, donde la UE no nos ha defendido como debiera; los acuerdos con terceros países, que introducen sus productos con aranceles irrisorios en plena campaña española de dudosa garantía alimentaria y social, y cuyos costos de producción no tienen nada que ver a los nuestros; y, como no, el problema del agua en Alicante, con el Júcar-Vinalopó bloqueado 15 años y con un trasvase Tajo-Segura que quiere ser eliminado por la ministra, son las claves del estallido del campo, el cual ha llegado a un punto en el que el producto más rentable es el que no produce.

Por ello, desde principios de año todo el campo español está en la calle. Protestando y denunciando una situación de abuso por parte de los gobiernos, que con sus políticas vacías nos han traído hasta esto; y por la presión de la Gran Distribución, que vende nuestros cultivos a través de las grandes cadenas sacando márgenes comerciales, en muchos casos, del 900%…

Si la semana pasada el sector dio un golpe sobre la mesa ante la protesta del campo más multitudinaria de los últimos 20 años en Valencia, que congregó a 20.000 agricultores y ganaderos y 1.000 tractores procedentes de todos los puntos de la Comunidad Valenciana, reclamando precios justos y voluntad política para instaurar medidas que nos permitan volver a vivir dignamente de nuestro trabajo, la próxima semana, concretamente, el martes 25 de febrero, el campo alicantino se unirá a la oleada de manifestaciones que se están sucediendo en todas las comunidades autónomas. Concretamente, la cita será en la localidad de Monforte del Cid a las 12.00 horas, donde la crisis estructural de precios de la uva ha hecho estragos. Hasta allí, cientos de tractores llegarán desde todos los pueblos del Medio Vinalopó a la gran concentración de personas, agricultores, ganaderos y vecinos que se prevé.

Productores que vendrán desde todos los puntos de la provincia, agricultores de todo tipo de cultivos se unirán para reclamar, entre otros temas: precios justos para los productos del campo con la modificación de la Ley de la Cadena Alimentaria, que impida los abusos al sector y que garantice por ley precios mínimos para el campo; implantación de un seguro agrario viable y que podamos pagar; una planificación hidrológica seria y compatible con la rentabilidad de nuestras explotaciones; reclamo de políticas europeas que defiendan al sector primario ante los acuerdos con terceros países; y punto y final a las barreras comerciales y los aranceles injustos y discriminatorios (aranceles americanos, veto ruso, Brexit) que nos expulsan del mercado.

Los #AgricultoresAllímite vamos a seguir manifestándonos hasta que haya un compromiso en firme con acciones concretas del Gobierno que reviertan esta situación. Si tenemos que hacer más de una manifestación, la haremos. Extremadura ya va por la segunda. Si me gustaría aprovechar para pedir a todos los alicantinos, sean agricultores o no, a todos los sectores, que se unan a nosotros el próximo martes en Monforte en defensa del campo y en defensa de nuestros pueblos porque, ahora sí, nos lo estamos jugando todo.

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