EFE.- «En Guanacaste la situación es sumamente grave. Cuando uno sobrevuela, además de un viento que no es propio de esta época, se ve ya en una buena parte de los terrenos una sequía más que manifiesta», expresó Solís en una conferencia de prensa en la ciudad de Liberia, Guanacaste.
El mandatario se encuentra desde este miércoles realizando una gira por esa provincia para evaluar la situación y participar en los actos de celebración del 190 aniversario de la anexión del Partido de Nicoya (ahora Guanacaste) a Costa Rica, que se conmemora el 25 de julio.
El Gobierno costarricense declaró el pasado martes una alerta amarilla para la provincia de Guanacaste debido al registro de un déficit del 50 % de lluvias durante la época de invierno que comenzó en abril.
En julio, ha llovido apenas el 1,3 % del promedio histórico de este mes en Guanacaste, una de las principales zonas ganaderas, agrícolas y turísticas de Costa Rica.
Solís dijo que el Gobierno está preparando un conjunto de acciones para atender la sequía que serán anunciadas en los próximos días.
El presidente advirtió de que este tipo de situaciones son consecuencia del cambio climático y afirmó que Costa Rica se debe preparar porque continuará sufriendo periodos de alternancia de los fenómenos de El Niño y La Niña.
Datos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) indican que debido a la sequía en Guanacaste se han perdido al menos 2.118 hectáreas de cultivos como arroz, maíz, melón y caña de azúcar, así como 5,8 millones de litros de leche, 25 toneladas de carne y 2,4 toneladas en la apicultura.
Las pérdidas en agricultura ascienden a unos 13 millones de dólares y en el sector pecuario a unos 6,5 millones de dólares.
Algunas comunidades también están experimentando escasez de agua para el consumo, por lo que el estatal Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) trabajará en la construcción de pozos de agua y distribución de líquido.
El pronóstico del IMN indica que para agosto el déficit acumulado de lluvias en Guanacaste podría llegar hasta el 70 %.
Para septiembre y octubre los meteorólogos prevén un incremento de las precipitaciones que permitirán bajar el déficit de lluvias a un número de entre el 5 % y el 40 %.